viernes, 25 de junio de 2010

Taller de Fabricación de CASTAÑUELAS

El 29 de Junio a las 17:30 al lado del Salón de Villalibre de Somoza.
Inscripciones en el tlf: 987 60 16 01
Plazas limitadas

sábado, 12 de junio de 2010

Y más vídeos...

Lo que tiene volver a tener internet en casa, es que una se puede entretener un rato buscando por internet. Entonces te encuentras de todo. Como este enlace, donde se pueden ver algunos vídeos caseros de diferentes lugares de aquí. Uno de los helicópteros de la brif, otro del Agua Alta...Sí, son imágenes pequeñitas y caseras, pero hace gracia verlas en internet, ¿no?
Pues eso.

Las mujeres de la Cooperativa, en Agrosfera

Ya hace meses que salieron en el programa de televisión "Agrosfera", pero hasta hoy no he podido dar con la dirección exacta (la que tenía me fallaba), verlas y colgar aquí el enlace. También hace mucho tiempo que les dije "Voy a hablar de vosotras en el blog"...y siguen pasando los meses. ¡Qué complicado se me hace hablar de cinco personas tan diferentes a la vez! Yo quería reflejar a "cada una", no hablar simplemente del grupo, que eso ya lo han hecho muchos medios de comunicación. Pero a veces quieres decir tan bien las cosas, y abarcar tantas historias, que no terminas de hacerlo nunca. El perfeccionismo también puede ser un desastre.

Así que de momento subo este enlace, para que quede aquí constancia de otra de sus apariciones televisivas. Si alguien quiere verlas, tendrá que esperar al minuto 26 del vídeo, porque el programa está entero y trataban otros temas antes que el de la Cooperativa. También recuerdo que Danae ya subió otro enlace, en el cual se las ve en las telenoticias a ellas y a Isabel, de Casa del Herrero, lo cual las convierte en las personas más mediáticas de Tabuyo, por el momento.

Desde aquí les mando mis mejores deseos de que todo sea para bien y que su empresa siga prosperando. Tal como me han repetido aquí todos los vecinos ante mi reciente maternidad, "salud para criarlo". Que tengais salud para "criar" a vuestro "niño", que es vuestra cooperativa. Como sucede con los bebés, al principio es agotador, se pasan crisis, estrés...pero es de desear que con su crecimiento todo se vaya colocando en su lugar y podais disfrutar cada vez más de los frutos de vuestro trabajo.
Que así sea...
...

viernes, 11 de junio de 2010

Fantasía Petroglífica (relatillo)

(Arriba, fotografía de Elena de Paz donde se aprecia una de las piedras con petroglifos en su impresionante espacio natural, Teleno al fondo. Y es que esta "mesa de juego" es la protagonista de esta historia...)

Hace muuuuchos, muuuuchos años, así como seis mil, había un grupo de amigos telenícolas, o sea, habitantes de los alrededores del Teleno. Les gustaba echar "la partida" tanto como a sus descendientes les gustaría reunirse en el bar después de comer y jugar a las cartas o al dominó sobre la mesa. Porque a fin de cuentas, pasan los milenios pero no las aficiones. Cambian las formas del juego, pero no las ganas de jugar un rato juntos, para aliviar la jornada, que por lo demás aquí siempre estuvo repleta de trabajos duros. Y aquellos lejanos tiempos no eran menos. Que si cazar osos, que si la leña, que si esto o aquello, nunca aquí se pudo vivir sin mover bien, y a fondo, el esqueleto. Con esfuerzo. Músculos, no sólo empeño, no sólo astucia.

Y bueno, andaban por ahí los telenícolas echando sus partidas, pero tenían un problema. Aunque pintaban líneas en las piedras, o trazaban tableros en la tierra, se les borraban. Mal tiempo hace aquí, como para esperar que permanezcan a la intemperie, sin estropearse, cosas de ésas. Que si ahora sopla el viento, furor del Señor Trueno (alias Teleno), que si ahora llueve, que si ahora nieva. En fin, que se cansaban de ir y tener que rehacer a cada poco el escenario de sus juegos. Además, tenían un juego particular que duraba días, en el cual los participantes adoptaban roles diferentes y aventuraban historias en las cuales había que agudizar el ingenio. Todo ello lo imaginaban trazando mapas, ideando tierras inventadas, desconocidas y repletas de retos. Porque sí, señores, lo han adivinado: ¡el juego de rol nació aquí! Solo que tuvimos la gran desgracia de que, muertos aquellos telenícolas, y perdida en su descendencia la memoria de tales fantásticos y sesudos juegos, todo aquello se esfumó. Se borró el rastro. Tan sólo quedó la eterna afición de reunirse y echar la partida que, además, y como dije, fue cambiando de formas, adoptando las sucesivas nuevas modas.

Miles de años después, el "rol" apareció en otras partes del mundo, y en pleno siglo XX se catapultó a la fama como algo sosfisticado y modernísimo. Pero ya lo dice el viejo refrán: "No hay nada nuevo bajo el sol" Los humanos somos unos lelos vanidosos, siempre andamos pensando que somos los primeros en todo, cuando en realidad siempre hubo, antes que nosotros, otros que vivieron similares situaciones. Eso sí, en formas diferentes. Hoy tenemos cierta tecnología: cartas de papel pintado en brillantes colores, piezas de plástico con grabados, mesas de contrachapado impecable al abrigo de edificios de cemento, acero y cristal, videojuegos, cachivaches mil... Ayer, ¿qué tenían? Tierra, agua, madera y...piedra.

La piedra. Por fin se les ocurrió a aquel grupo de telenícolas grabar sobre piedra su mejor tablero de juego, el "mapa" de sus tierras imaginarias, por donde deberían mover las fichas personales. O sea, las piedrecitas, trocitos de madera, bellotas y demás elementos naturales con los cuales señalaban su "paso" por los diferentes puntos de la aventura. Como en el juego de la oca, pero más complejo, más grande, y con mucho más tiempo por delante. Pero sí, con esas mismas espirales.

Les había dado pereza, porque eso de ponerse a rascar piedra para grabar líneas que, total, sólo eran para jugar...Pero ¿no se emplean hoy años y dinerales en construir estadios de fúbtol o pistas de tenis? El juego es el juego, y la afición puede mucho. Con lo cual, tomaron la decisión, se armaron de paciencia y hale, a grabar sus grandes piedras-mesa-de-juego preferidas.

Y ahí están, señores. Aún hoy pueden verse, en el impresionante, majestuoso y sin par escenario telenícola que tiene, cómo no, el Teleno al fondo. Porque no he contado todavía una cosa. Aquella gente, muy particular ella, invitaban al Señor Trueno a presidir las partidas. Como quienes invitan al alcalde a participar en el juego popular de las 4 de la tarde. Aunque el alcalde, claro está, esté generalmente muy ocupado y no siempre pueda quedarse, ni estar ahí.

Pues bien, ante los ojos del Teleno, Gran Poder Local, se echaban al juego. Y disfrutaban. El Señor Trueno, de vez en cuando, echaba un vistazo y hasta quedaba enganchado. En general intentaba no inmiscuirse, para no apabullar demasiado a los telenícolas. Declinaba sus invitaciones porque los humanos, a fin de cuentas, eran para el Telenón como pequeños niños, jugando con sus piedritas...y él, tan grandullón, que si se apasionaba en algo, echaba el vozarrón, viento va, y los sacaba volando sin querer. ¡Mecachis, grité de alegría y armé una estampida que casi los mato! No, había que tener cuidado.

Pero a veces El Montañón no lo podía evitar, y pensaba: "Hum, qué interesante sería que fulanito adelantara 3 casillas, y menganito 7, porque así todos podrían vivir una situación muy interesaante que resultaría de compaginar este elemento con aquel otro..." Y, como a fin de cuentas estaba invitado a participar, pues los telenícolas eran tan considerados ellos que siempre le dejaban la puerta abierta, pues intervenía.

Inocentes de ellos, no siempre sabían lo que significaría su intervención, claro. Porque ¿cómo puede un Señor Montaño mover piezas en un tablero, o favorecer determinados movimientos? Pues allá va el viento...o la nieve...o una "truena" como las que ya no se recuerdan, de acojonarse vivo. Los jugadores, a lo mejor empapados por la lluvia, de repente veían mal, se les movían las piezas de sitio, e interrumpían el juego. En ese lapso de tiempo, les llegaban las sugerencias, las ideas desde "arriba", desde el monte: "Podrías hacer esto, o aquello. Podrías lo de más allá" Para cuando volvían a jugar, invariablemente las cosas salían como el Señor Teleno había querido. O casi siempre (pues salvo Dios, nadie es infalible, ni las montañas) Pero sí, generalmente su jugada movía las cosas como había querido. Que para eso es tan grande su perspectiva, dos mil y pico metros, casi nada. ¡Y cómo de claritas se ven las cosas desde allá arriba!
(Petroglifo con tormenta a lo lejos. Fotografía de Elena de Paz)

Pero un momento. ¿Estoy sugiriendo que el Teleno fuera una especie de dios-montaño jugador y tramposín? No, ¡lejos de mí tal idea! ¿Tramposo? Nunca, siempre fue invitado, nunca intervino sin que se le hubieran abierto las puertas para ello, y además respetaba las reglas. Encima, tan buenazo era que, enternecido por los humanos, a los que veía como a nietecillos inocentes, nunco ideó jugadas que pudieran fastidiarles, sino hacerlos crecer, entusiasmarse, aprender. Así era él...

Pero claro, ¿qué pasa? Que su lenguaje y su manera de "mover las cosas" eran como eran. Raras. Bruscas. Enormes. Enigmáticas. ¿Pero cómo podrían ser, si hablamos de una montaña? ¿Alguien se ha puesto a escuchar cómo hablan las montañas? Digo yo que su lenguaje, de humano no tendrá nada...por lo menos en la forma. No dirán : "bla-bla" No alargarán un brazo que no tienen para darte una palmada en el hombro. No se acercarán para saludarte. Intentarán que vayas tú, por ejemplo. Y etcétera.

Y sí, al día de hoy siguen ahí los tableros. La vieja partida rolera que aquellos telenícolas jugaron ahí, duró años, hasta su muerte. Fue la más larga, la más compleja, la más entusiasta. Literalmente fue "la partida de su vida" Tanto, que se metieron dentro de ella y terminaron viendo el mundo a través de las leyes del juego que ellos mismos habían ideado. Curioso, ¿no? Por eso, y en cierto modo, parte del espíritu de aquellos telenícolas sigue presente en aquellos lugares. A veces vuelven a jugar. Otras veces, simplemente observan cómo otros juegan, sin saberlo, situaciones vitales idénticas a las que idearon en su fantasía.

Pero últimamente están perplejos. Desde que se "descubrieron" los petroglifos han salido un poco de su ensimismamiento, y alucinan con el mundo actual. Les pasma que tanta gente estudiosa ande elucubrando acerca del complejo significado que seguramente tienen sus grabados. ¡Si no eran más que sitios para jugar...! ¿Tan difícil es ver eso? ¿Tan diferentes son las cosas, hoy, que no se sabe distinguir un tablero de juego en espiral, un simple laberinto para jugar a encontrarse con otros que su vez juegan a encontrarse...?

Entonces se dan cuenta de que hoy, el ser humano no sabe que juega. No sabe que vive su vida adoptando "roles", siguiendo leyes que otros marcan. Ha perdido el espíritu del verdadero juego, y es incapaz de salirse de las rayas mentales que otros trazan. Hasta sufre por ello, ¡qué lástima!, con lo emocionante que es vivir sabiendo que puedes cambiar... Pero los humanos de hoy no saben improvisar. No saben crear otro tablero sobre el escenario natural. Repiten lo de otros, son como canciones en cd´s rayados. Están atrapados en lo que otros dijeron, ordenaron, planearon. Y tampoco saben ...no, no saben vivir con el eterno espíritu de juego participativo y feliz donde todos ganan un día u otro, donde todos llegan algún día al núcleo del laberinto, se esperan mutuamente y allí, se encuentran.

Petroglifos. Qué palabreja más técnica, más aséptica y científica para algo que era puro espíritu lúdico. Pero un día, hace miles de años, había seres humanos que vivían de otra manera. Sabían que jugaban incluso cuando "no jugaban". Más allá de la partida de la sobremesa, la vida humana era concebida como un juego de rol sobre la fértil y maravillosa tierra, y bajo el cielo estrellado. Todo eran marcas. Todo era escenario. Jugarlo en pequeño o no, con piedrecitas chicas mientras mascaban picatostes de pan de bellota, era secundario. Representaron sus mapas en sus piedras preferidas, y cuando agotaron aquel juego, aquella vida, aquella partida, sus descendientes siguieron...en otra parte. Se dispersaron. Y llevaron el juego a otras partes. Los petroglifos se multiplicaron. Y el resto es historia.

Llegó la desmemoria, el olvido de la verdadera realidad. Hoy, miramos extrañados aquellas piedras antiguas y no sabemos qué pensar, sin darnos cuenta de que estamos en las marcas puestas por los antiguos para señalar lugares de debate, encuentro, reto, intercambio de ideas, e intento conjunto de vivir grandes historias, para ver qué pasaba.

Todo ha cambiado mucho, ¿no? Todo menos, tal vez, el Señor Trueno, digo Teleno, quien, imperturbable a pesar de la erosión natural, la deforestación y (en los últimas décadas) los bombazos, sigue contemplando desde las alturas cómo los niñitos humanos juegan...quiero decir viven...en sus casitas (¡hoy tan sofisticadas!), con sus cositas. E incluso, ¡y menos mal! echan una partida en el bar después de comer. Significa eso, que a pesar de todo el ser humano sigue queriendo reunirse con los demás para, simplemente, disfrutar. Y eso está bien, ¿o no?

Pues colorín colorado, el cuento se acabado.
...

Postdata: Ni remotamente estoy asegurando que los petroglifos signifiquen lo que acabo de decir. Y lo de que el juego de rol nació aquí, yo que sé. Etcétera. Todo este escrito procede única y exclusivamente de mi fantasiosa y volátil mente, capaz de captar elementos de canciones e historias en los lugares más inverosímiles. Dadme una piedra y os cantaré una historia relacionada con ella. Ahora bien, verdad o mentira, que cada cual lo decida por sí mismo. Total, nadie va a poder viajar en el tiempo, a seis mil años atrás, para confirmar ni desmentir que los telenícolas jugaban, o no, como he dicho. ¿Qué sabemos, en realidad? Practicamente nada sobre nada.

Y si al final resultara que aquello fueran tumbas de gente seria y grave, que me perdonen los finados, que no quería faltarles al respeto sino cantar, una vez más, las excelencias de esta tierra, que guarda en si misma lugares fascinantes como ése. Descansen en paz.

Ah, y para mejor y más detallada información sobre los petroglifos, hay que visitar el blog de su "descubridor", http://tierradeamacos.blogspot.com/, a quien debo agradecer el poder visitar, hoy, ese lugar.
...

lunes, 7 de junio de 2010

Más del trabajo (en medio rural)

Hace unas semanas que se nos murió la cámara de fotos. De repente me quedé como una periodista aturdida sin su principal "arma", y con un montón de ideas y temas agolpados en la mente, esperando poder ser "retratadas" en imágenes...algún día...si Dios quiere...o quién sabe... Pero como lo de escribir no sólo es mi virtud, sino también mi vicio, no puedo estarme callada mucho rato sólo porque no tenga fotos que encajen con un tema. Lo siento. Tendré que hablar -de momento- sin imágenes. O rebuscando entre las antiguas. O mendigando las de otros. Veremos.

Y aquí estoy otra vez. Me quedé a medias con el tema del trabajo. Voy a poner aquí un enlace al artículo que mencioné hace unos días y que, aparte del titular de TV (="Tabuyo, un pueblo sin paro") me chirrió un poco (hacer clic aquí). Y es que, aunque me encanta que se hable bien de este lugar, me molesta la falta de objetividad. También supongo que me molestó porque en el artículo, aunque en otros aspectos está muy bien, se cita expresamente que aquí "están llegando parejas jóvenes cuyas raíces están a muchos kilómetros de distancia." , como si fuera gracias a que este pueblo tiene mucho trabajo y atrae a tantos y de tal manera que...

Me doy por aludida, claro está, porque, que yo sepa, somos la única pareja joven venida desde muchos km de distancia (Barcelona) Y claro, como este invierno las hemos pasado bastante negras por estar precisamente parados y sin apenas ingresos, estoy susceptible. No me gusta que parezca que me usen como factor de propaganda, y que se me aluda (aunque sea de manera indirecta) como si viviera aquí nadando en la abundancia. O como si hubiera llegado a este pueblo atraída por la cantidad de empresas que había. Vine por el paisaje del Teleno y mi buen recuerdo de cuando era niña, vivía en Astorga y paseaba por estos montes. ¡Y eso de tener bosque gigantesco a 5 minutos de la puerta de casa...! ¡Qué lujazo!

Eso sí, luego me enganchó la hospitalidad de las personas que conocí, su trato agradable, el buen corazón de algunos...y otras cosas que ya he ido contando en el blog. Creo que el mayor valor de este lugar son sus gentes, o por lo menos muchas de ellas. Y cómo no, el entorno. Ahora bien, decir que gracias a que aquí no hay paro vienen parejas de muy lejos...eso es otra cosa. Ojalá llegue a ser verdad, pero para que suceda hay que explicar con propiedad cómo son las cosas aquí. Así nadie se llevará a engaño y vendrá sabiendo lo que hay, con un plan de vida realista. Sólo esos (y si se adaptan a la pequeña sociedad del pueblo) podrán quedarse.

Cuando cuentas mentiras acerca de alguien, aunque sean positivas y maravillosas, no le haces ningún favor, porque se crean falsas expectativas. Las falsas expectativas, aunque parecen tonterías, a la larga pueden traer desilusiones o desengaños. Y mucha gente, cuando se siente desengañada o decepcionada, fácilmente se pasa del entusiasmo al resentimiento, y termina criticando duramente a aquel de quién esperaba tanto...y de quien no obtuvo lo que deseaba. Quien más critica a un pueblo, es, a veces, quien más expectativas vio frustradas en su día. La frustración genera rabia, la rabia y el resentimiento van de la mano. Lo mismo que algunas formas de depresión.

Pero como siempre, la "culpa" no la tendría el sujeto de crítica (en este caso Tabuyo), que simplemente es como es. La responsabilidad es de aquellos que, ansiosos de colgar "el gran titular" (sensacionalismo, señores) torcieron hacia un lado las noticias, rebozando las oscuridades para que no se notaran. ¿Oscuridad? Aquí ninguna, gracias. Hacen creer que todo sería tan fácil...o que aquí se atan los perros con longanizas. Hay personas que pierden el sentido de la realidad y no ven más que lo que ven. Sería fácil preguntar más, indagar un poco y escuchar a todos los sectores de la población, no sólo a uno o dos, y descbrir que aquí hay de todo, como en todas partes. Trabajo y no trabajo. En fin, este "caso" me enseña acerca de cómo se mueven las cosas en el mundo del periodismo, con qué limpieza reflejan las noticias la realidad. Y la experiencia me resulta muy instructiva. Personalmente opino que, aunque a algunos les cueste de entender, se hace más bien siendo objetivo que engañando. Aunque la mentira tenga la mejor intención del mundo, a la larga todo se sabe. O casi.

Pero bueno. Luego de reflexionar estas semanas de "parón fotográfico" sobre el tema laboral, me dije que hablar de los problemas para encontrar empleo como si fueran algo sólo de este pueblo sería tener una perspectiva muy pobre. Abramos el panorama otra vez. Que este articulito sirva, como otros, a todos los que buscan una nueva vida a lo largo y ancho del medio rural español, y no sólo a los que leen este blog porque son amigos de Tabuyo.

Veamos. Los pueblos, hoy, sirven como lugar de prosperidad sobretodo a 3 tipos de personas, que enumeraré en orden de cantidad:

- Primero, los que proceden del pueblo y, teniendo allí su familia, sus raíces, su casa, etc., son capaces de, o bien encontrar un empleo (dentro o fuera del pueblo, en el cual mantienen su residencia), o bien crearlo, proyectando una empresa o similar.

- Segundo, los neo-rurales con posibles. Es decir, gente que después de haber trabajado un tiempo y haber ahorrado algo en otra parte (por lo general una población mayor, una ciudad, o incluso el extranjero), deciden invertir en el pueblo, montando allí un negocio.

- Tercero (son los menos), los neo rurales sin tantos posibles, pero que deciden vivir asociados, en comunidades de las llamadas "alternativas", con la finalidad de intentar ayudarse y/o sostenerse unos a otros.

En el primer grupo, que es el mayoritario de Tabuyo, se tienen grandes ventajas cuando uno quiere "empezar" (a ganar dinero, trabajar, montarse por la propia cuenta, etc). Generalmente (salvo raras excepciones) está el apoyo económico y/o el apoyo moral de la familia. Si eres mujer con hijos, los abuelos u otros familiares directos más desocupados te cuidan los niños para que puedas trabajar. (Futuras neo rurales: olvidaos de guarderías, porque casi nunca las hay) Si empiezas con un sueldo justito, te animas igualmente porque por lo general no tienes que pagar alquiler ni demasiadas facturas para salir adelante, pues (salvo excepciones) sigues en la casa familiar.

Si hay trabajos temporales, cosa que es de lo más habitual, tampoco te pesa tanto porque vivir del paro eventualmente, si no tienes apenas gastos, se lleva con dignidad. Sobretodo si sabes que al cabo de 3 ó 4 meses te va a volver a contratar la misma empresa. No es como en la ciudad, donde cada despido es un quebradero de cabeza, porque no sólo los gastos básicos de vida son elevadísimos, sino que además por cada puesto de trabajo vacante hay cientos, o miles de personas esperando.

Y si hay etapas en las que no sale ningún trabajo, y tampoco uno tiene posibilidad de generarlo auto empleándose, por lo menos está en la casa familiar (que suele ser más grande que los pisucos de la ciudad, donde la falta de intimidad a veces multiplica las peleas y la tensión psíquica que rodea al "parado"). También puede salir y ver a los amigos sin muchos gastos. No se necesita gran cosa para charlar en el bar, o junto a la presa, a la sombra de los pinos. Hay que haber vivido en la ciudad la vergüenza de tener que declinar invitaciones de los amigos por falta de dinero para pagarse el autobús, la entrada del cine o la consumición mínima de los bares de copas para entender que salir y relacionarse allí, de por sí, cuesta un dinero que no se necesita en el pueblo. La diferencia es que aquí "puedes" gastarte lo que quieras saliendo, yendo a las ciudades, etc, pero no te ves obligado a ello. Tienes alternativas. Allí, no. Un parado y apurado en la ciudad es pobre doblemente: por la falta de dinero, y porque de repente ve escasear su vida social, y fácilmente se amarga sintiéndose marginado del bullicio, de la "vida" de la que parecen disfrutar los demás...

En el segundo grupo, las ventajas también son evidentes. Personas que siguen planes muy meditados con antelación y que consiguen financiar sus proyectos, tienen una estabilidad, un colchón inicial, que les ayudará a soportar las posibles vacas flacas. Es cierto que muchas veces también arriesgan más que los del primer grupo. Y no sólo económicamente. No siempre se trata de gente hija del lugar, y es tan importante lograr ganar dinero en un pueblo como lograr relacionarse bien con sus vecinos. La amistad, o por lo menos la buena y tranquila convivencia, son parte de lo que significa "prosperidad". Si vas a un pueblo, montas negocio y triunfas, pero no te hablas con nadie y te amargas (y te amargan) en un rincón, malo. Por la misma razón, sé de parejas que emigraron de la ciudad al pueblo y allí se rompieron, porque surgieron tensiones inesperadas. A lo mejor uno de ellos encajó mucho en el pueblo, y el otro no.

Recuerdo un caso extremo que me contó un jardinero amargado, hace años en Cataluña. Había vendido todo cuanto tenía, y había puesto todas sus esperanzas en iniciar nueva vida en una casa rural con su novia. Una vez allí, ella no solamente no se adaptó a esa forma de vida, sino que sufrió acoso por parte del cartero. La casa estaba algo separada del núcleo rural, a la novia le resultaba insoportable tanto "silencio" y tan poca gente alrededor (no tenía verdadera vocación de vivir en un pueblo, la verdad), y encima, cuando el hombre se iba a trabajar fuera y ella quedaba sola allí, se presentaba el otro. Cuando llegó el invierno, con su crudeza y el trabajo añadido de la leña y otras labores, explotó la cosa. Cuando yo hablaba con el pobre jardinero, estaba de regreso en la ciudad, otra vez viviendo con su madre, habiendo perdido todo cuanto tenía...Sin pareja, sin casa, sin nada, una desgracia. Todo por no calcular las cargas psíquicas de cambiar de vida de pueblo a ciudad. Si NECESITAS bullicio, no vengas. Aquí puede haberlo, pero sólo a veces, no siempre, y el invierno es largo. Los pueblos son así.

El tercer grupo aquí en Tabuyo no está representado por nadie, ya que esas personas suelen elegir juntarse en pueblos, por ejemplo, abandonados. O agruparse, creando una mini red social de apoyo que haga frente a la soledad inicial del que va a un pueblo donde no conoce a nadie, y no sabe cómo resultará aquello. Aunque yo vine aquí con un amigo y una amiga, no éramos "una comunidad", ni mucho menos. Simplemente compartíamos gastos y un interés común. Desconozco, la verdad, los entresijos de la vida de ese grupo de neorurales "comunitarios" (gente de eco aldeas y esas cosas), así que no hablaré más de ellos, no sea que meta la pata. Sólo diré algo que es evidente: al apoyarse unos a otros, en cuestión de trabajo también parece que podría ser más fácil que mutuamente se tapen los "huecos", se ayuden, y si van mal dadas, entre todos se subsana la cosa...o se busca otra comunidad donde prosperar más.

Si alguien se pregunta en qué grupo estamos Rubén y yo, diré que en ninguno. Somos así de raros, oye. Ni somos hijos del pueblo donde vivimos (con lo cual no tenemos sus ventajas), ni somos neo rurales "con posibles". Yo pertenezco al grupo rarísimo de "gente aventurera". No lo puse en la clasificación porque son pocos casos, casi aislados. (Tampoco puse a los funcionarios rurales en esa clasificación, pero es que igualmente son muy escasos, y hoy en día casi todos optan por vivir en poblaciones medianas desde las cuales se desplazan a los pueblos pequeños) Me refiero a ser aventurera de los de verdad, no de los que viven aventuras a expensas de las cuentas supermillonarias de papá, porque se agobiaron del castillo con 10 criados permanentes y 30 habitaciones, y sintieron que necesitaban ver cómo vivían los pobres de la otra punta del mundo. Los "aventureros" de verdad tal vez seamos un 0´5% de la población total, y eso echando la cuenta larga. Somos gente de espíritu libre, para los cuales es más importante vivir la propia verdad y la propia vocación, que atenerse a una moda social mayoritaria que, total, va a ser pasajera. (Siempre lo son) Por lo general, sabemos vivir con el riesgo. No nos asusta apostar todo por una dirección poco común y dar un timonazo de vida que deje descolocado al personal...siempre que sintamos que ésa es nuestra dirección, y que realmente "podemos con ello".

Así que vine aquí hace 3 mayos como se dice "con una mano delante y otra detrás". Mucha ilusión y ganas, pero cero proyecto, cero economía de fondo o "de colchón" Tenía lo justo para pasar un tiempo mientras veía in situ la perspectiva, y sopesaba si me era posible quedarse aquí, o no. Barajaba la posibilidad de trabajar a distancia (via internet), alternando con otros trabajos, los que salieran por aquí. Caso de que fueran muy mal dadas, siempre podría marchar a otro lugar. Habrá quien diga que fui una insensata, una loca, pero es que entonces ni tenía pareja, ni mucho menos proyecto de hijo. Cuando sólo tienes que responderte a tí misma de lo que hagas, puedes permitirte hacer el bohemio, nomadear por el mundo un poco, mientras no perfilas mejor cómo labrarte un futuro diferente al que viste en la gran ciudad (ese futuro agobiante que no quieres vivir) Es algo saludable tomar perspectiva, viajar. No me arrepiento. Eso sí, una pareja lo cambia todo, porque ya no puedes contentarte con buscar un lugar donde tú puedas trabajar "bien". Necesitas un lugar donde los dos podáis prosperar por igual, o el desequilibrio acabará pasándote factura a nivel familiar.

Y si tienes un hijo, ya no digamos los cambios que se producen. Con un hijo, y con la posibilidad de que vengan más, ya no es que "debas" buscar una mayor seguridad y ocasiones de prosperar, es que QUIERES hacerlo. Ves al pequeñín y te preguntas: ¿Y voy a vivir siempre con este "ay" de no saber si el mes que viene llegaremos a pagar todo? ¿Qué clase de vida voy a darle a mis hijos?

A veces, los tabuyanos medio me preguntan en broma si no vamos a ir a por la parejita. Este artículo tal vez responda a porqué, de momento, no...y no por falta de ganas. No está la cosa para más gastos. Además, cuidar a un bebé sin la familia cerca, y sin tener guardería tampoco, es una tarea tan absorbente y agotadora que, una vez que la conoces, no la vas a emprender otra vez a la ligera, así como así. Te lo piensas dos veces, salvo que estés en mejor situación. Tú no puedes trabajar, ni siquiera centrar tu cabeza en muchos temas salvo a ratos contados. Y tu pareja a menudo tiene que acabar cuidándote a tí, y echando un cable con el niño. Si encima él busca un trabajo y no le sale, la tensión crece. Nosotros ponemos a mal tiempo buena cara porque tenemos anchas espaldas y no nos pesa tanto la austeridad como a otros, pero lo cierto es que hemos salido adelante este invierno gracias a la ayuda familiar. Pero esta ayuda tiene un límite, máximo cuando estamos tan lejos que surge la pregunta lógica: "¿Pero qué hacéis ahí?¿Y si buscais un lugar con más trabajo...y más cerca de nosotros?" Estamos intentando responder a esta situación del mejor modo posible.

Y es que yo no soy la que fui. La Marta que vino aquí hace 3 veranos desapareció. Se esfumó mientras paría, vamos. Lo de volverse madre tiene miga, ¿eh? Cuando vienen los hijos, la gente aventurera de verdad sopesa en su corazón qué clase de aventura quiere vivir de ahora en adelante: si va a continuar nomadeando, dejando a los hijos por ahí (que los cuide otro); o si va a vivir la aventura de ser su madre (o padre) a tiempo completo. Si se elige la segunda opción, como ha sido mi caso, la perspectiva de vida puede cambiarte por completo. Y puede que entonces le veas "peros" al lugar donde hasta entonces vivías sin fijarte en nada más que tu plácida felicidad. Sí, un niño lo cambia todo. No es que haya dejado de ser aventurera, pues, sino que ahora mi principal aventura es otra: cómo perfilar un proyecto familiar con "fundamentos", que pueda sustentarse económicamente hablando, y prosperar (ir a más, no a menos)

En fin. Con todo este rollo personal espero no despistar a los lectores urbanitas que se andan rascando la cabeza en busca de pistas para afrontar un posible cambio de vida hacia el campo. Me gustaría que les quedara claro que en la mayoría de los pueblos:

- Hay poco trabajo por lo general, (salvo pueblos con boom agrícola que contratan emigrantes, por ejemplo, o núcleos con alguna industria o una actividad turística fuera de serie). Así que, o tienes verdadera vocación de neo rural, o no lo lograrás.

- Cuando hay trabajo, primeramente suele ser para la gente del pueblo "de toda la vida". O por lo menos, para los que estén empadronados allí y den la impresión de que van a quedarse a vivir. (Hay que comprometerse un mínimo, pues difícilmente van a emplear a un desconocido que esté de paso)

- El trabajo de muchos pueblos, como es el trabajo del monte, por ejemplo, suele ser temporal. Concretamente aquí, en invierno no se puede trabajar ahí fuera. Hay que contar con que habrá meses de paro obligado. Si uno tiene apoyo familiar, la casa pagada, el arcón congelador lleno de productos de la huerta y de la matanza, "no problem". Pero si no es así...el invierno puede ser muy duro.

- Los trabajos en el monte no sirven para todos, aunque parezca que sí. Hay que valer, como dicen aquí, tener un físico preparado o estar dispuesto a una adaptación muy costosa. No es lo mismo recoger fruta que tirar 8 horas motosierra en mano, cortando árboles, que es básicamente lo que se hace aquí. Quien diga que aquí hay trabajo a tutiplen, que sólo hace falta quererlo hacer, no está siendo realista.

- Otros trabajos rurales son de invierno (como sucede con los sitios donde se esquía), pero igualmente por lo general las plazas están contadas y son para los de allí (o empadronados allí), salvo que estemos hablando de núcleos rurales importantes, donde hay hoteles y hoteles... "sobre" trabajo y exista la posibilidad de emplearse en el sector de la hostelería...Y yo no estoy hablando de lugares así.

- Existe la posibilidad de auto emplearse, pero entonces uno debe pensarlo bien con antelación. Realizar un proyecto, buscar financiación, etc.

- También puedes hacer oposiciones para emplearte como funcionario local. Para eso debes prepararte, claro está, (lo cual abre el abanico a todos) pero también debes saber que probablemente, antes que tú habrá otros intentando entrar en el mismo puesto. La competencia está servida. Imposible no es, pero cúrratelo.

- Si vas a un pueblo comprando una casa, te será más fácil auto emplearte o generar empleo en tu domicilio que si vas de alquiler. En casa alquilada nunca tienes completa libertad. Más en los pueblos, donde una casa puede tener diferentes dueños que decidan sobre ella.

- La gente de los pueblos suele estar apegada a sus casas, aunque éstas estén vacías. A veces les cuesta hasta venderlas, ya no digamos alquilarlas (la mayoría quieren evitarse posibles líos). Así que tan importante como encontrar un pueblo bonito, es que su gente esté predispuesta a vender y/o a alquilar. Y que lo haga por un precio razonable, claro está.

- Además de ganarse la vida, hay que vivir bien el día a día. Esto significa que hay que relacionarse con los demás. Si en el pueblo adonde vas el ambiente es horrible y te miran como a un bicho molesto, mal vamos. En esto, Tabuyo puede dar lecciones de hospitalidad, porque es muy agradable pasear por sus calles. A mí por lo menos me lo han puesto siempre muy fácil. No es como otros lugares, donde casi parece que tengas que pedir perdón por querer vivir allí...

Bueno, todo esto eran generalizaciones sobre el medio rural. Concretando respecto aquí: en Tabuyo la mayor parte de empresas que contratan gente lo hacen de manera temporal. El monte es temporal. La vigilancia forestal es temporal. El trabajo en la residencia de ancianos también es temporal. Los sueldos tampoco son de maravillarse, aunque eso se compensa viviendo en un lugar con pocos gastos, sobretodo si tienes la suerte de no tener que desplazarte en coche para ir al curro. Así que, para terminar, podríamos decir que en Tabuyo "casi" toda la gente trabaja "algún tiempo" durante el año, pero que, exceptuando unos pocos, casi todos los demás trabajan o bien a tiempo parcial, o bien con contratos temporales, alternando temporadas de paro con temporadas de trabajo. Lo que desde luego no podemos decir de ningún modo que Tabuyo es un pueblo sin paro.

Este pueblo no merece que hablen de él con tal exageración tendenciosa, sino que se diga la verdad. Así, si alguien quiere venir a vivir aquí en el futuro, sabrá a qué atenerse, y lo hará bien. Si ha de haber nuevos pobladores en un lugar, que vengan con las ideas claras y creen un hogar estable. Eso beneficia a todos. Lo demás es marear la perdiz, y buscar sólo...¿qué? Realmente, no lo sé.

Pues bien, doy por finalizado este capítulo "laboral". A ver si próximamente puedo pasar a otros temas. Hasta la vista ;-)

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Postdata escrita días después:
A raíz de la controversia creada por esta entrada, ruego a los lectores que lean los sucesivos comentarios a la misma, y que se abstengan de sacar conclusiones precipitadas. Esta entrada quedará aquí mientras sea leída como un testimonio personal acerca de la dificultad de abrirse camino laboral en territorio desconocido, y no como una verdad total o 100% objetiva. Para descubrir la verdad objetiva, aconsejo a los lectores que pregunten a otras personas que habitan en la zona, cuantas más, mejor, y que saquen sus propias conclusiones. Lejos de mí la pretensión de definir de manera totalmente cierta y exacta cómo pueden vivirse las cosas aquí.

Conectad@s. FORMACIÓN PARA MUJERES EN NUEVAS TECNOLOGÍAS

Se va a realizar un curso de Certificación Digital y D.N.I. Electrónico en Tabuyo del Monte con una duración de 15 horas. Está organizado por la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Igualdad. Al finalizar el curso se entregará un certificado de asistencia. Las interesadas inscribirse en el teléfono: 012.