viernes, 19 de agosto de 2016

Y aquí estoy otra vez.

Queridos lectores,

En setiembre se cumplirá un año de mi regreso a Tabuyo. Lo que parecía casi imposible se volvió realidad gracias a una pareja del pueblo que decidieron alquilar una pequeña vivienda. Y aquí seguimos, mi hijo y yo, en esta casita-refugio, tal y como yo la llamo. Me parece como las casitas de cuento: de piedra y madera y al lado de un camino que conduce al bosque. Desde las ventanas se oye el rumor de la chopera cercana, el canto de los pájaros, las ovejas, y cuando toca, la lluvia y el viento. ¿Se puede pedir más? En el patio de esta casa hay tanta vida que tenemos hasta erizos. En un mundo donde cada vez es más difícil encontrar entornos vivos, todo esto va siendo un lujo, aunque no lo parezca. Yo estoy contenta.

He pensado muchas veces reiniciar este viejo blog, que he tenido aparcado durante tanto tiempo, pero hasta el día de hoy no me he puesto a ello. Y es que aparte de haber pasado un año duro, de muchos cambios y poco tiempo libre, he tenido dudas: ¿Para qué escribir más...? ¿No está todo lo mío dicho ya? ¿No hablo o escribo -cuando me pongo a ello- tal vez hasta demasiado...? Además, ya existe un blog que va manteniendo informada a la gente sobre las novedades de Tabuyo. ¿Realmente no seria repetirse mucho, si retomo el mío?

Pero... Bueno. Me ha sucedido algunas veces que algunos vecinos han venido a agradecerme aún ahora (¡y después de tantos años...!) que tiempo atrás hubiera hablado de ellos, y les hubiera hasta sacado fotos. Y el otro día en las Fiestas de la Piedad, algunos me pedían que los fotografiara. Y recordé que, desde siempre, a mí lo que más me gustó fue hablar de dos cosas: de la naturaleza (bosque, flores, paisaje, Señor Teleno) y de la gente. Las personas...los vecinos de toda la vida que con tanta amabilidad me han tratado...

Y ayer ya fue la gota que colmó el vaso. Murió Anselmo, fui al entierro, y me quedé recordándole y pensando en toda la gente que conocí cuando vine aquí en el año 2007, y ya no está. Fui a buscar mis viejas fotos y revisé las entradas de este blog, y descubrí que allí estaban algunos... aunque no todos. Y cómo agradecí haberme detenido en su día a mirarles, a saludarles, a reirme con sus bromas o a sacarles una foto improvisada, en la calle, en el día a día, para recordar esos momentos tal cual eran.

Descubrí que no tenía ninguna foto de Anselmo con su sombrero de paja y su eterna sonrisa, volviendo de la huerta, o con el carrín, o sentado en el banco de su casa junto a Rosalina, y me dio mucha pena. Pensé que cada tabuyano y tabuyana con los que me cruzo, jóvenes, de mediana edad y ancianos, merecerían ser mirados, escuchados y fotografiados. Claro que eso es mucho, misión imposible, pero... Me entró la vena sentimental, y me dije: Marta, vas a volver a escribir en el blog, y vas a escuchar "más" aún a la gente. A los "Hijos del Teleno", que para eso el blog se llama como se llama. Porque la vida que tenemos es muy fugaz, se nos pasa volando. Y al final, casi lo más importante que te queda es lo que has vivido con las personas, mientras has estado con ellas.

En fin. Que definitivamente me puse sentimental. Y que sin más ambiciones que ir reflejando un poco cositas del día a día, reabro este blog. Y luego pues Dios dirá...Haré lo que pueda y según vaya saliendo la vida. Pero aquí estoy otra vez.


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