jueves, 24 de diciembre de 2009

Fotos invernales 1

(o un episodio de Dr. en Alaska en diferido).
Por  Manuel Bonilla



NOTA INTRODUCTORIA:

La nieve nos ha tenido recogiditos en el pueblo durante unos días, así que se me han ido acumulando las entradas "invernales" que prometía a algunas personas para que pudiesen ver cómo estaba todo esto de bonito.
Hoy, aprovechando que la carretera estaba un poco mejor, he venido con Rafa a Astorga, y desde un bar que tiene wifi, y con bastante estrés por el ruido que me rodea después de tanta calma, aprovecho para subir las imágenes y los textos que tenía medio preparados. Perdonad el carácter "telegramático" de estas entradas, pero las circunstacias son así. Las he numerado por orden cronológico, y al final tenéis un enlace con muchas más fotos.

Espero que os gusten:

Manuel

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Hace un par de semanas subí al blog unas fotos otoñales para que vierais los que estáis fuera cómo estaba todo, y hablé de las lluvias, las setas y demás cosas típicas de la estación. Pues bien: casi de golpe se fue,  el otoño marchó y llegaron las nieves y el frío.

Estoy escribiendo estas palabras a las 12:30 de la noche (del sábado 19), en lo que se acaba de hacer la comida de mañana, y lo hago en lo recogido y calentito de la cocina, al amor de la lumbre de su “bilbaína” y al aroma del caldito que se prepara con paciencia. Y a estas horas la temperatura fuera es de 9 grados... ¡bajo cero!

Todo está precioso, aunque a algunos no les haga ninguna gracia el tema de las nieves, y no sin razón, ya que tanto el caminar como el ir en coche se vuelven tareas bastante peliagudas. Aunque a mí me gusta muchísimo pasear y disfrutar de tan hermoso regalo del Cielo, ¡hasta el punto de que  incluso he llegado a salir ayer por la noche para poder ver cómo estaba todo de bonito!.
 



Esta noche ha tenido su gracia: después de trabajar un rato en mi tallercito fui con un una olla llena de palomitas recién hechas a casa de mis vecinos Rafa y Bego a ver un episodio de “Doctor en Alaska” aquella serie que tanto me enganchó hace años en la TV (y que sigue pareciéndome genial). Para los que no conozcan la serie comento que transcurre en un pequeño y recóndito pueblecito de Alaska, y el frío y la nieve son parte constante del escenario. Y como aquel Dr. Fleishman, su peculiar protagonista, con un gorro calado hasta las orejas y los guantes puestos, camino intentando no resbalar por sobre la nieve, ahora helada, que cubre las calles (aunque por la cuestión de las palomitas y las películas quizá me parecería hoy más a Ed, el indio cinéfilo :-))



El camino de mi casa a la de Rafa no estaba tan “virgen” hoy, sino muy pisado y lleno de peligroso hielo.

Los dos primeros días de nevada intentamos echar una guerra de nieve Rafa, Bego, Francisco y yo en un todos contra todos, pero la nieve era puro polvo, finísimo, y no había manera de compactarla en buenas bolas.

Y en cuanto a la temperatura y a los familiares preocupados por el frío que debemos estar pasando: los 9 bajo cero, como hablábamos antes Rafa y yo, no nos parecen para tanto... ¡mientras tengamos leña en casa! Aunque si esa es la temperatura que tenemos ahora, quién sabe qué  marcarán los termómetros por la mañana temprano.


Comentaban esta tarde Antonio Berciano y su hermano Saúl que quizá se esté helando la cascada de Agua Alta... Hummm eso merecería la pena verlo ¿verdad?




La nieve sobre las ramas de los árboles... ¿no es algo precioso?

Bueno, me pongo a pensar en la nieve y los paisajes blancos y es mucho más lo que se me ocurre, pero soy muy perezoso y por otro lado el guisote ya parece estar a punto y se va apagando el fuego en la cocina.

Buenas noches. Saludos fresquitos desde Priaranza:

Manuel

Fotos invernales 2


La belleza del frío

Pues la noche más fría, aquella en la que medimos -9º  al acostarnos  (19 al 20 de diciembre), se llegaron hasta los -15º C. Cuando al día siguiente me levanté y fui a lavarme la cara al cuarto de baño ¡las salpicaduras se quedaron congeladas en el lavabo!, de nuevo 9 bajo cero por la mañanita. Por suerte las cañerías aguantaron la helada, aunque en alguna casa llegaron a reventar.

NOTA: Las temperaturas que tengo ahora en la casa en la que vivo en nada se parecen a las que se suele tener en un piso en la ciudad y a las que yo estaba tan acostumbrado años atrás: algún día despierto con 5 o 6 graditos en la habitación, trabajo cómodo a 11º en mi taller, y me siento realmente acalorado ahora con los 18 que tengo en la cocina desde la que escribo ¡con lo que me gustaba a mí la buena calefacción!

Bueno, el caso es que lo primero que hice en mi paseo de antes de comer fue acercarme a ver cómo estaba el arroyo que pasa junto a mi casa. Y, bueno, para qué intentar describirlo si mejor os puedo dejar las fotos.
En algunos tramos estaba completamente helado, pero donde no lo estaba...


surgían formas alucinantes,


como este “géiser de hielo”

o estas otras, como preciosas flores de cristal



en fin



me dejan sin palabras..


y el río se veía así de guapo:




Me quedan muchas más fotos bonitas pero no es cuestión de saturar el blog. Estoy preparando una galería de Naturaleza que ya anunciaré por aquí, cuando la tenga lista, por si alguien quiere verlas.

Saludos y buenas noches (seguimos en diferido esperando el momento de poder conectare al “internés”):

Manuel

Fotos invernales 3



Más nieve, más.

Después de la gran helada tuvimos sol y luego lluvia, así que parecía que a la nieve le quedaba poco tiempo. Pero esta mañana (miércoles 23) amaneció con una nevada mayor que la primera -18cm- que ha amargado a alguno mientras que a otros nos ha llenado de regocijo.


Por supuesto salí a disfrutar de la nieve cámara en mano, y la luz hoy fue por momentos ideal para la fotografía.

Así se veía el Sanguiñal desde el camino que sale de mi casa en Priaranza


Los pajarillos se acercan a los manzanos y otros frutales que ahora son su despensa-nevera. Los menos tímidos ante las cámaras resultan los herrerillos y los petirrojos, como éste:


Y el Teleno estaba de guapoooo




Y los paisanos y paisanas tuvimos que andar con mucho cuidadín. Aquí dos vecinas charlando, arroyo entre medias y Sanguiñal al fondo:

Y Emilio, nuestro fiel panadero-viajero no faltó a su cita, pese a las dificultades de la carretera



Por supuesto, la tentación de hacer un muñeco de nieve fué grande y... al final entre varios mozos y mozas dimos forma a



¡esta muñeca!


Por la tarde no faltaron los revolcones por la nieve, los bolazos y demás con el salvajillo indomable de Francisco (10 años). Cuando estoy con él procuro no llevar la cámara, por seguridad :-)


Y hasta aquí la crónica invernal (por el momento).






Ciao

domingo, 20 de diciembre de 2009

Cuando la Realidad supera a la Imaginación (Teleno y Montsant)

(El Teleno, un día cualquiera de invierno)

Hace unos días recreaba aquí una posible conversación entre el Teleno y el Montsant, porque las sentía (o imaginaba?) unidas no sólo por su sacralidad sino también por alguna clase de empatía invisible, a pesar de lo muy diferentes que son. Escuchando, me parecía que las dos montañas intercambiaban impresiones acerca de sus existencias, y me preguntaba cuántas cosas más podrían decirse. ¿Y si tenían ganas de compartir ideas? ¿Y si podían ayudarse? Me ofrecía, como mensajera, a llevarles mutuamente las postales, o a hacer de "teléfono". ¡Cual no sería mi sorpresa cuando me enteré de que...!

Bueno, la vida es la pera. Resulta que mi madre leyó precisamente aquella entrada (conste que yo, en casa, no ando hablando de lo que escribo, porque es mucho) Resulta que mi madre, además, es hija de un pueblecito Hijo del Montsant (o sea, es una Hija del Monsant) Resulta que, como Hija del Montsant, conoce algo mejor su historia que yo. Y resulta que me dijo:
- Ay, he leído la conversación entre las dos montañas, y me ha hecho mucha gracia. Pero he pensado: "¡Seguro que Marta NO sabe que en el Montsant TAMBIEN hubo CAMPO DE TIRO!"

Muda me quedé. ¡No puede ser! El Montsant, ¿y un campo de tiro? Pero, pero, pero...Es decir...O sea que...
- Si, sí. Me acuerdo perfectamente de los pregones en los que se avisaba de que de tal día a tal otro, no se debía ir a tales fincas porque existía riesgo de que te cayera metralla (o algo peor) encima.
- ¡Anda...como en los alrededores del Teleno, que avisan de los días en los que van a hacer prácticas de tiro!- respondí yo, flipando con la noticia.

Por cierto, que yo también recuerdo al pregonero que, en aquel pueblo (como en tantos otros de Cataluña), iba a pie por las callecitas tocando una cornetilla. Por ejemplo, los viernes, cuando venía el pesacadero: Peeeeep. "Es fa saber, que a la plaça es ven peix" Peeeep (=Se hace saber, que en la plaza se vende pescado) Y cosas así. Luego, el pregonero desapareció, y se colocaron unos altavoces en lo alto del campanario de la Iglesia que, al día de hoy, siguen pregonando las novedades de interés vecinal. Eso sí, no a golpe de corneta, sino al compás de una sardana. Pero dejemos la evocación nostálgica del pregonero y volvamos al Campo de Tiro. Mi madre me explicaba, dejándome aún más pasmada:
- Sí, tiraban desde el Campamento de "Los Castillejos", cerca de las montañas de Prades. Y apuntaban hacia el Montsant, a la Roca Corbatera (1200 metros, el punto más alto) y por ahí. Pero claro, a veces los tiros se desviaban, había que ir con cuidado.
- Pero ¿cómo apuntaban al Montsant? ¿No se desprendieron rocas?
- Pues no sé...A lo mejor...
- Supongo que sería por el lado Sur, el más pelado.
- Sí, claro.
- ¡Pues menos mal que no dieron contra las ermitas...!
- Ya, menos mal. ¿Te imaginas, que hubieran volado por accidente la ermita de la Mare de Déu?

La ermita de la "Mare de Déu" (=Madre de Dios) es la más alta de todas (unos 1000 metros, si no me equivoco), y está encima de unas crestas, bastante visible. Ahora empieza a parecerme una suerte que siga en pie.
- Jo, pero ¿cómo fue que se acabó aquello? - le pregunté a mi madre.
- Pues no lo sé, pero cuando nos casamos aún estaban tirando. Creo que cuando naciste tú, todavía seguían...
- O sea, estamos hablando de los años 70.
- Sí. Y nosé cuando empezó, pero en los 40 (cuando yo nací), ahí estaban.
- Es decir, que por lo menos estuvieron 30 y pico años tirando.
- Sí, y a lo mejor más.
- Caramba, esto tengo que contarlo en el blog. ¡Significa que también para el Teleno hay esperanza! ¡Yo que creía que el Montsant era virgen en estos temas...!
- ¡Qué va!

Me quedé así, con cara de tonta. Yo había "puesto" a hablar a las dos montañas, pero ni en ni más loca imaginación hubiera aventurado que el Montsant hubiera vivido "tanto". ¡Si los santos ermitaños levantaran la cabeza, en aquel tiempo atrás! Me imagino al pobre Francesc Palau, de bendita memoria, oyendo los cañonazos y retumbares que, según mi madre, atronaban por el lugar los días de prácticas. Pero no, los eremitas eran anteriores a todo eso, y me pregunto si no sería en parte por el Campo de Tiro que más tarde ya no fueron más por allí.

Pero bueno, ahora debería rectificar el diálogo que escribí y, en lugar de decir que sus historias eran muy diferentes, podría escribir algo así:
- Me he enterado de tus preocupaciones a través de esta mujer- diría el Montsant al Teleno.
- Sí, bueno...
- ¡No desesperes, hombre! Verás como algún día se soluciona lo tuyo. Si tú supieras, lo mal que lo pasé yo en aquellos viejos tiempos...
- Hum ¿Tú crees?
- Si lo mío se arregló, y hoy soy Parque Natural, ¿por qué ha de ser imposible lo tuyo? ¡No pierdas la fe, hombre!

No dejaría de ser irónico que una Montaña Sagrada, una Montaña-dios perdiera la fe. Pero por poder, podría ser. Sin embargo, parece que nunca es tarde para que el destino cambie y sucedan cosas que, cincuenta años atrás, parecían imposibles. La historia no ha terminado, su fin aún está lejos de ser escrito. Lo que nos falta saber, entonces, es cuántas generaciones habrán de pasar para que el precioso y rico entorno del Teleno sea reconocido y protegido como tal. Hay quien propone que los militares podrían quedarse, pero sin utilizar fuego real en sus prácticas. Yo, de estos asuntos no entiendo y casi me da miedo opinar, por si digo tonterías fruto de mi ignorancia. Pero sin faltar a nadie, me gustaría que en un futuro se pudiera vivir una solución del asunto que satisfaciera a todos. Y tengo FE en que esto es posible. ¡Sobretodo después de enterarme de lo del Montsant!

Cuando llegó mi padre a casa, confirmó la versión de mi madre. Añadió que, cuando trabaja en una de sus fincas, se ha encontrado a veces metralla procedente de aquel antiguo Campo de Tiro. Recuerda un obús en el cual aún se leía, grabado en el metal, la fecha (año 40 y pico) y el lugar de fabricación (Vitoria)

A mí, una vez pasado el asombro, se me ocurrían chistes malos y hasta sarcasmos. ¿Qué pasa, que tirar a dar contra Montañas Sagradas está de moda? Luego, me salía la vena "conspiranoica", imaginando cosas del tipo "Seguro que una fuerza maligna y oculta inspira estas ideas, intentando destruir adrede estos paisajes que son capaces no sólo de sostener y cuidar, sino hasta de curar el alma de tanta gente" Después, la voz de la razón: "Bueno, esto es como una lotería. A veces les toca a las montañas sagradas, y a veces a otras. Lo que importa es sobrevivir y seguir adelante. Así es la vida" Y por último, la voz más ecológica de todas: "Pero ¿qué digo? ¿estoy tonta o qué? ¡Toda la Tierra es sagrada! El ser humano, siempre con esa condenada manía de etiquetar las cosas y poner parcelas a la creación...."
(Este es el lado del Montsant que se llevaba los impactos. Esta foto es de este blog. )

Pero así estamos. Ahora me pongo peliculera y me imagino al Montsant y al Teleno conspirando, continuando con su conversación...A lo mejor, cual espía consumado, el Montsant le está mandando mensajes cifrados al Teleno, cosas que sólo El en su corazón pueda entender, y que le dan pistas acerca de cómo conducirse en estos tiempos...cómo esperar...cómo intentar mover los hechos de manera que, al final, un día, las cosas salgan bien para todos. Inclusive para El Ejército. Esto sería lo mejor, pero también lo más difícil...

Aquí lo dejo. Me quedo rumiando la cosa, y me acuesto más contenta que ayer. Tal vez sea una ilusa pero me gustaría creer que esto es una señal. Lo que pasa en un lado del mundo ¿no puede repetirse, salvando las diferencias, en otro sitio? Ojalá...
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P.D: Para ser justos y oir todas las voces, pongo aquí un enlace sobre los recuerdos (buenos) de alguien que se entrenó en el Campo de Tiro de Los Castillejos. Tal vez algún día escuchemos un testimonio nostálgico de alguien que estuvo en el Campo de Tiro del Teleno. Quién sabe...

Los vídeos de "Camín de Cantares" en Tabuyo


Pongo aquí los enlaces del youtube donde se puede ver el programa que grabaron en Tabuyo para la Tv Asturiana.
Primera parte (Tomasa)
Tercera parte (Clemencia)
Cuarta Parte
Reelaboración (Canción cantada por el grupo "Son del Cordel")

Creo que falta la segunda parte, pero no he sido capaz de dar con ella...a ver si más tarde aparece. Saludos y que lo disfruteis!
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viernes, 18 de diciembre de 2009

Más fotos del rodaje de "Camín de Cantares"

Ahí van el resto de fotografías:
(Arriba, Xose escuchando a Tomasa)

(Aquí, Xose con Clemencia)

(Todo el equipo de rodaje. ¡Gracias!)


(Más momentos del rodaje...)


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Mañana sábado, Tomasa y Clemencia en la TV Asturiana

(En la foto de arriba, Clemencia, Tomasa y Xose)

Acabo de recibir un agradable email de parte de Xose Ambas, el fotógrafo que, junto con el equipo del programa asturiano "Camin de Cantares", estuvo en Tabuyo hace unos meses oyendo las canciones de aquí. Dice así (lo transcribo literalmente):
"Hola amiga, vi tu blog y prestome la mención y la foto de Tomasa y Clemencia, efectivamente son las protagonistas del programa "Camín de cantares" que grabamos en Tabuyo y su emisión será este sábado día 19 de diciembre a las 13 horas en la TPA (televisión del principado de Asturias). Quedó un programa preciosu y va gustar mucho, ye una pena que no pilleis este canal pero se va colgar nel youtube ese mismo día así que podrás verlo y añadirlo a la página poniendo "Camín de cantares Tabuyu" en el youtube. Un abrazón y espero te preste. Xosé Ambás."

Acompañando el email, me envía un puñado de fotografías para que las cuelgue aquí, en el blog, si lo deseo. Y como me parece todo ello estupendo, pues las he puesto repartidas entre esta entrada y otra, para disfrute del personal. Mañana, si todo va bien, intentaré entrar en el youtube ese y buscar el vídeo de Tomasa para poner aquí el enlace. De momento, esto es un aperitivo.
(En la foto de arriba, las manos de Tomasa...)

Me alegra mucho que otros se alegren con las cosas buenas de Tabuyo. Que sea por muchos años, y que las futuras generaciones florezcan y luzcan como lo hicieron sus abuelos, amén :-)

(Aquí, acompañadas de más mujeres del pueblo, amantes de las canciones tradicionales)
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lunes, 14 de diciembre de 2009

Solo se puede Mirar, Prohibido Tocar

(de Marta, aún desde la Gran Ciudad)

(Los mercadillos de Navidad han sido los que me han dado más que pensar estos días. Por cierto, si alguien aún tiene dudas de lo que puede llegar a valer el monte, le diré que un pinito de nada - metro y medio- se vende por 30 euros. Claro que han sido cultivados para esto, y muchas familias viven de estos cultivos de pinos de navidad. Pero los que, como en Tabuyo, viven en medio de monte "libre", ¡no saben el valor que tiene eso! Definitivamente es IMPAGABLE)

Como seguimos en la ciudad, he tenido la oportunidad de pasear por uno de los típicos mercadillos que se montan unos 20 días de Navidad, y donde se venden toda clase de cosas para adornar la casa: figuritas para montar un Belén, arbolitos, guirnaldas, velas, bolas, cintas, etc.

Al principio me pareció que a Uriel le gustaba ver de cerca tantos pinitos, aunque fueran cortados o en maceta. Seguro que le recordaban al monte tabuyano. Así que volví varios días, para pasear junto a los arbolitos, ya que aquí no es que haya pinos cerca, que digamos. Hasta que me di cuenta de que en realidad esos paseos no le gustaban tanto. Se ponía muy nervioso porque, viendo tantas cosas, él tenía que ir en el carrito, sin poderse mover libremente, y además casi nada de lo que veía lo podía tocar, porque no solo no era nuestro, sino que además su dueño estaba ahí delante, vigilando. A veces, yo me hacía la loca, miraba para otra parte y dejaba que el niño agarrara una ramita de abeto...pero claro, aquello no podía durar eternamente, al final nos miraban con cara rara. Señora, ¿ud. viene a comprar, o qué? Ejem. Era normal que el comerciante se mosqueara, pero también era natural que mi hijo se pusiera de los nervios. Me quedé con la copla y no volvimos más. ¿Para qué, para hacerlo sufrir?

Pero paradójicamente estos mercadillos son la meta de numerosas mini excursiones de guarderías y colegios. ¡Parece que nadie más se da cuenta de lo que sufre un niño cuando no para de ver cosas maravillosas, que sin embargo no puede ni comprar, ni tocar libremente! Así que llevan allí de paseo a los niños en el horario de menos público, para no perderlos y para que "vean" cuántas cosas bonitas hay...qué cosa feliz es la Navidad, etcétera. A veces se ven grupitos de críos agarraditos todos a una cuerda, y en hilera, porque son muy pequeños. Otras veces, la mayoría, van sueltos pero bien guardados por varios maestros o monitores. Y lo hacen con la mejor intención del mundo, claro, pero...

El último día que estuve allí había una excursión infantil de ésas. Yo estaba mirando a los niños, que saltaban expectantes en la entrada del recinto, cuando oí a una de las maestras que, gritando para ser bien oída por todos (y para reforzar la importancia de sus palabras) les ordenó:
- A partir de ahora, en todo el rato que estemos aquí, de todo lo que veais NO SE PUEDE TOCAR NADA, ¿entendido? PROHIBIDO TOCAR. Se PUEDE VER, pero no tocar.

Pongo en mayúsculas lo que la buena mujer acentuaba, gritando, para que les quedara claro a todos los niños. Y es lo que estaba diciendo. Prohibido tocar. Ya. Pero ¿en qué clase de mundo estan creciendo estos niños? Para Uriel va a ser diferente, porque en cuanto tengamos la oportunidad, volveremos al pueblo, lo "soltaremos" en el monte, y que "toque" todo lo que quiera hasta aburrirse. No se van a gastar los pinos, no se va a romper la tierra, nadie llorará por un palito que se parte, o por una piedra que se cambie de sitio. Y poder experimentar esa libertad, ese desahogo, esa amplitud de horizonte creo que, para un niño pequeño, es esencial. Pero...¿qué va a ser de los niños de ciudad?

Me puedo imaginar su vida cotidiana. Van al súper con la mamá, y todo es "Niño, no toques". Van a la escuela y todo es "niño estate quieto" Están en casa, y sólo pueden tocar lo suyo, pero nada más, y además también tienen que estar bastante quietos. Los pisos de ciudad están llenos de peligros: "No te subas al balcón, que te puedes caer y te matas. Mejor, ni salgas al balcón, que pasan coches y está sucio de humo. No juegues a la pelota, que rompes los cristales. No grites, que molestas a los vecinos. No toques esto, que es un recuerdo de tía Flora y lo vas a romper. No toques aquello, que te electrocutas. No andes descalzo, que me dejas huellas en el parquet..."

¿Qué acaba pasando? Pues que a los niños se les da en todas partes la misma consigna, ya sea directa o indirectamente: "PUEDES VER, PERO NO TOCAR. Puedes mirar - y distraerte mirando- pero no moverte demasiado. Nada de jugar saltando. A estarse quieto. Y sea lo que sea que veas, cuidado, porque probablemente NO será para tí, ni vas a poderlo disfrutar".

Claro, esto encaja perfectamente con la moda del momento (que no ha hecho más que empezar): las pantallas de tv, ordenador, o videoconsola donde los niños VEN cosas y donde se quedan como ko, colgados, tan sólo mirando...sin moverse...sin arriesgarse...sin usar nada de su cuerpo que no sean las manos (para el mando a distancia o el teclado) o, sobretodo, los ojos.

Visto así, casi me parece que esta clase de "juguetes" son fruto de una especie de conspiración silenciosa que intenta (y consigue) que los niños estén quietos, no molesten y no rompan cosas. Y es que viven en un mundo que, de tan anti natural, cada vez es menos adecuado para un niño. Y ése es el mundo de la ciudad...O , por lo menos, de muchas de las ciudades. Un mundo donde no hay ningún espacio libre, ningún espacio verdaderamente natural, ningún espacio verdaderamente seguro. Ni siquiera el hogar, porque los pisos de hoy y los objetos y electrodomésticos y demás que los ocupan parecen diseñados sin pensar en los niños. Como si no existieran, o como si no tuvieran mucha importancia. Como si los niños, en lugar de ser la esperanza de futuro y la MAYOR RIQUEZA de un hogar, se hubieran convertido en ciudadanos de segunda, en pequeños incordios que dan mucho trabajo y molestan mucho, pero que se toleran porque, casi de manera explicable, oye, resulta que se les quiere.

Aquel día, cuando oí lo de "prohibido tocar, sólo se puede mirar", sentí compasión por aquellos niños, pero también me prometí decirle lo menos posible eso a mi hijo, por lo menos mientras pudiera. Voy a intentar que pueda estar siempre en entornos amigables, libres, donde el mayor riesgo que pueda tener sea encontrarse un bicho (y ya le enseñaremos a no hurgar donde no debe, para evitarlo, y a reconocer los animales peligrosos) Se cree que el campo es peligroso,pero más peligroso me parece enseñar a un niño que sólo en la realidad virtual es libre, que sólo ahí puede disfrutar, y que el resto del mundo, la naturaleza misma, es algo extraño, lejano, prohibido.
(Por vender, venden hasta musgo, arena y...piedrecitas de río. Sí, hasta eso te venden en bolsitas porque, por raro que parezca en el pueblo, aquí NO hay de eso. Y la gente de ciudad, huérfana de la naturaleza, termina gastándose cada año puñados de dinero en imitar el monte en un rincón de su casa. Les hace felices, claro. Y cómo no, si no tienen otras opciones...Los tenderos de estos mercadillos ayudan a los urbanitas, vendiéndoles pedacitos de campo que son como aire fresco y el recuerdo de lo que, un día, fue el entorno de todos)

Es para pensarlo. Durante cientos de miles de años, el ser humano ha vivido de otra manera, en entornos inmersos en la naturaleza. Sólo en los últimos 30 ó 40 años se está sofisticando todo tanto. Pero el cuerpo humano sigue siendo el mismo que hace 500mil años, más o menos. ¿Cómo les sentará a los niños de hoy vivir desconectados de lo que de verdad es real, del mundo natural?

Bueno, pues no soy la única que se pregunta esto. De hecho, mucha gente no sólo se lo pregunta, sino que incluso han hecho sus teorías. Un periodista e investigador americano, Richard Louv, ha escrito un libro titulado "El Ultimo Niño en el Bosque". En este libro denuncia la actual manera de educar (o maleducar) a los hijos, apartándolos de la naturaleza y cortándoles la libertad de jugar en el aire libre. Y describe un "síntoma", común a numerosos desequilibrios y/o posibles trastornos infantiles nuevos. Se trata del "Déficit de Naturaleza". Tener Deficit de Naturaleza es, pues, a partir de ahora, la manera moderna de decir que un niño está sofocado, agobiado y encerrado, apartado del campo, del aire libre.

Los que vivimos en pueblos como Tabuyo tenemos suerte, pero tal y como están las cosas por ahí, cada vez somos más privilegiados. El entorno es, para un niño, de lo mejor. Falta que la moda de las pantallitas no pueda más que lo natural, y que los niños puedan seguir saliendo a jugar al campo, aunque también pasen horas junto al ordenador. Y es que no creo que puedan evitar caer en esa tentación, ya que se les mete por todas partes. Lo llamo tentación porque, aunque a una servidora le gusta el teclado, no estoy segura de que tanta pantalla y tanto afán por meter ordenadores en la escuela y a todas horas no sea una idea peor de lo que nos pensamos. ¿No es suficiente con las horas de pantalla que pasan los niños, que hay que aumentarlo todo metiéndoles más y más horas de "sólo ver" en la escuela? La tecnología es elegante, glamourosa, seductora, y siempre parece que es buena de por sí. Pero eso no es tan seguro. Los excesos de cualquier cosa siempre son malos, y me parece terrible descubrir que también los niños de pueblo (a veces) sucumben ante las nuevas modas y, en lugar de disfrutar saliendo al monte, prefieran quedarse en el cuarto, quietos frente a su pantallita. La tentación es demasiado fuerte. Qué mundo éste.

Bueno, ya me enrollé...Total, lo que quería decir es que me alegra no estar obligada a vivir en la ciudad, y que aunque vayamos a quedarnos para pasar la Navidad, ya tengo ganas de volver. Y es que también a mí, niña grande que soy, me pesa no tener el bosque al lado, y disfrutar de cosas tan tontas como sentarme bajo los pinos, ver el atardecer y respirar...
...

martes, 8 de diciembre de 2009

Una de fotos otoñales

(De J.Manuel Bonilla)

Para los que estáis fuera


Vino el Señor Otoño, y las hojas empezaron a amarillear, y los cielos se cubrieron de nubes y empezó a llover... y todo se puso precioso.


Desde la cuesta de Priaranza, los chopos ya sin hojas, y los robles, algunos dorados, otros pelados...



















Valle Pequeño está así de guapo y mágico. Esta foto la hice una mañana en la que fuimos Rafa y yo a dar un paseo por allí, por si las setas... Y setas muchas, pero pocas que conociésemos.



















Y si tuviese que elgir una imagen otoñal, creo que me quedaría con esta del bosque de "Robles de Piedra" (quercus pétrea) cerca de Agua Alta.


















Aunque ha habido días que parecía más invierno que otra cosa, fríos, muy fríos, que dejaron los montes blanquitos.
Ahora las últimas lluvias lo han dejado casi sin nieve, pero el Teleno se vió así de guapo por algún tiempo:








Y para terminar por hoy (se me acaba la batería del portátil) aquí tenéis a una de las reinas del otoño:


















Boletus edulis, riquísimo. Ahora está el bosque repletito de Capuchina (Tricholoma portentosum) y abundan también los nízcalos. Da gusto echarse a andar entre los bosques con una cestita en la mano... da igual si cojo setas o no, los paseos ya llenan el alma.

Que por cierto, esta mañana han estado Rafa, Bego y Ceci (con los que estoy compartiendo mesa ahora mismo) cogiendo nízcalos y han "apañado" ¡nada menos que 15 kilos!

Y como no tengo ninguna foto de robellones (yo no he ido a buscarlos todavía, a ver si puedo antes de que se pase la temporada) ahí va una imagen de Rafa en plena búsqueda:


















Epa. Este ha sido el breve fotoreportaje entre vinillos desde una mesa de la Hostería Camino .

Saludos

lunes, 7 de diciembre de 2009

Conversación entre dos Montañas Sagradas (Montsant y Teleno)

(El aspecto de una calle de Tabuyo con el Teleno al fondo - entre nieblas- el día que nos marchamos de vacaciones, y que conservamos fresco en la memoria. Y lo de "fresco" nunca mejor dicho, porque no veas el frío...nevaba. No sé cómo estará ahora, pero este es el carácter ventisquero que contrasta con el apacible modo de ser de la otra montaña protagonista del relato de hoy, el Monsant)

Que las montañas hablan, es un hecho indiscutible para los amantes de las mismas. Ahora bien, está claro que no usan nuestras palabras, y que su lenguaje es otro, un rumor, una sensación física indescriptible que se puede sentir en su presencia. Pero, como digo, sólo los que viven la pasión por las montañas reconocen esto y les atribuyen, incluso, algo así como un "alma".

Si me oyeran los teólogos, o bien se taparían los oídos (diciendo: será hereje esta tía), o se rasgarían las vestiduras (=¿cómo van a tener alma cosas o seres aparte del ser humano? Eso es paganismo de la peor especie) Pero este blog no espera contentar a los teóricos de las religiones (ni utilizar el lenguaje de manera literal), sino expresar cosas desde el corazón. Desde el corazón es fácil decir, aunque sea metafóricamente, que todo tiene alma, hasta un paisaje. Y que a veces, el alma de algunos paisajes enamora, o enseña, o hasta hace que las personas que por ahí caminan experimenten estados de grandísima felicidad, de inspiración, de fuerza... Pero también hay lugares de los que la voz popular llega a decir que "están malditos". Estos lugares no ayudan, precisamente, sino al contrario: parecen hundir en la miseria a sus ocupantes que, si son suficientemente perspicaces, se darçan a la fuga buscando un paradero mejor.

Pues bien, en mi vida he tenido el gusto de caminar por dos paisajes, que a su vez son montes o montañas, y que a su vez han sido reconocidos como sagrados en algún momento de su historia. Uno es el Teleno, que fue reconocido como monte santo hace milenios, pero que aún conserva un "alma" impactante y rotunda, capaz de irradiar caudales de fuerza e inspiración para quien sea capaz de abrirse a tal posibilidad. Y el otro es el Montsant. El Montsant está muy lejos del Teleno, casi a 1000 km, en Tarragona, pero yo lo conozco porque mi vida ha sido toda un continuo deambular de Este a Oeste de la Península. Parezco una lanzadadera de ésas que había en los telares, ahora pa´quí, ahora pa´llá. Si de eso resulta que, al final de mi vida, he contribuído a que se realice algún tejido útil, pues ojalá, pero Dios dirá.

(Aquí, un rinconcito del Montsant, en un precioso y cálido día de otoño, mostrando a la luz mañanera las redondeadas formas rocosas que lo caracterizan)

El Montsant es una montaña que se parece al Teleno como un huevo a una castaña. O sea, nada. El Teleno es una forma solitaria, suave pero majestuosa en medio del paisaje, que asciende con un desnivel suave hasta los 2000 metros. (Me gustaría poner aquí una fotografía espectacular del mismo que he visto en internet, pero de momento no me es posible, debría pedir un permiso. Así que quien quiera verla puede hacer clic aquí y gozar de una página, por lo demás, llena de fotografías de gran belleza. ¡Enhorabuena, Tharasia!) En cambio, el Montsant es un macizo abrupto, súbito, lleno de rocas y peñascos que no llegan ni a los 1500. (Una imagen representativa de la cara Sur del Montsant. La foto no es mía, sino de la web de turismo del Priorat, comarca tarraconsense donde esta sierra está ubicada)

El Teleno vive azotado por vientos fríos y recibe lluvias casi todo el año. El Montsant goza de un clima cálido y más bien reseco, aunque en su cara norte conserva esta agua bien, dando lugar a fuentes y arroyos. El Teleno, rico en oro, fue codiciado por los romanos y asediado y explotado por esta causa. El Montsant no es rico en nada, salvo en recónditas y humildes cuevas, fuentecillas de agua y muuuuchos guijarros de caliza, redondos como canicas. Los romanos no lo miraron ni como motivo de postal (si las hubiera habido), y en aquella época probablemente permaneció despoblado durante siglos. En cambio, fue "superpoblado" (si tal cosa se puede decir) en la época de los cavernícolas. Como ya he dicho, allí abundan las cuevas y los abrigos naturales, lo mismo que el agua y un clima suave, lo cual lo hicieron codiciado como lugar de asentamiento y vivienda en las épocas prehistóricas.

El Teleno, luego de vivir el auge y la caída de la religión nativa o pagana, quedó relegado al olvido como Monte Sagrado. El Montsant, en cambio, vio reconocidas las virtudes de su "alma" en el nombre que se le puso. Mont-sant significa, literalmente, monte santo. No sabemos cómo le llamaban los hombres de la prehistoria, pues nada se sabe de aquel idioma, pero como Montsant fue nombrado desde que el catalán empezó a ser algo parecido a lo que es.

Las virtudes del alma "montsantina" son, principalmente, la intensa paz y sosiego que se sienten en su presencia, paz y sosiego que se manifiestan especialmente en escondidos y bellos rincones impregnados de un silencio sobrenatural, un silencio que casi cuesta cuesta creer que hoy en día todavía sea posible. A ratos, uno tiene la sensación de que por esos recovecos del monte no pasó el tiempo, que todo sigue igualito que hace mil, dosmil o cincomil años. El reconocimiento del Montsant como lugar sagrado lo han reiterado los numerosos ermitaños que pasaron allí parte de sus vidas. Aún hoy es posible visitar un montón de ermitas y las ruinas de otras tantas. (Imagen de una de las ermitas, la de Sant Bartomeu, en la zona del Monsant llamada Fraguerau. Se aprecia poco lo escondido del sitio, en realidad a esa ermita no la ves hasta que la tienes encima)

Hasta estas ermitas se han dirigido andando, desde hace generaciones, los habitantes de algunos pueblos cercanos en ciertos días señalados. Se reúnen en celebración religiosa, sentándose luego en el suelo para comer, charlar y hasta cantar juntos. Hoy, las ermitas ya no albergan ermitaños, y algunas fiestas ya no pueden ser celebradas allí debido a las estrictas normativas del parque natural en que se ha convertido aquello. Pero la montaña sigue atrayendo no sólo a meros turistas, sino a jóvenes místicos modernos que no están seguros de buscar a Dios (dirían: ¿pero qué es Dios?) pero que buscan paz, naturaleza y "algo más"...

Sé que hubo cerca de Tabuyo un monasterio donde intentaron perseverar en la vida ascética unos pocos monjes. El sitio se llamaba "San Vicente del Teleno", pero aquellos pobres monjes que osaron sentar sus reales en las inmediaciones del Teleno no gozaron de las buenas condiciones climatológicas de sus colegas del Monsant, y entre esto y otras posibles dificultades la cosa no prosperó. Hoy, de S. Vicente del Teleno no quedan (me parece) casi ni ruinas, y ni una sola ermita puebla las faldas del montañón, ni tampoco sus cañadas. El Teleno tendrá muchas virtudes, pero la "facilidad de vida" no se cuenta precisamente entre ellas. Más bien al contrario: para sobrevivir en ese Monte, parece que uno tenga que pasar por un entrenamiento duro, castrense. ¿Será por eso que el Ejército se siente allí a sus anchas, y se resiste a desprenderse de ese paisaje como campo de entrenamiento? Tal vez... Con lo cual, tenemos aquí dos montes sagrados: uno que inspira paz y encuentros de "hermandad", otro ligado a la guerra, aunque sea de manera indirecta y sin haberlo buscado. Tal vez no sea casual, tampoco, que los romanos afirmaran que, para los nativos astures, el Teleno fuera un dios guerrero.

Bueno, empecé esta entrada hablando de los que aman las montañas, y vuelvo a ello. Pues si bien es cierto que sólo los que las aman pueden "escucharlas" verdaderamente, también es cierto que a través de ellos las montañas, a veces, pueden recibir mensajes unas de otras. Pongámosle imaginación a la cosa... y veamos al Teleno mandándole una postal de saludo al Montsant, que una servidora recibe y entrega a su destino. El Montsant recibe la cosa y escribe, a su vez, una postalita de respuesta hacia el Teleno. O imaginemos algo distinto, una especie de teléfono orgánico o con patas (o sea, una persona, por ejemplo yo), que va de excursión por el Montsant y...
- Llamando al Teleno, llamando al Teleno...
(Tut, tut, tut...y finalmente clic, el Teleno descuelga al otro lado)
- ¿Diga?
- Hola, que soy el Monsant, otra de las viejas montañas del club MRSH ( "Montes Reconocidos como Sagrados por los Humanos"), y quería saludarte, ya que hay oportunidad.
- Ah, encantado. Hum, ¿y cómo te va a tí? Porque yo no lo llevo muy bien, la verdad- retumbaría el Teleno, barruntando sobre su suerte en los últimos siglos.
- Pues muy bien. Aquí se está muy tranquilo, no puedo quejarme. Mis días transcurren plácidamente.
- Hum, tranquilidad. "Se me quiere acordar" lo que es eso, pero no puedo.
- He sabido de tus preocupaciones a través de esta mensajera (=doña teléfono). Lo lamento, la verdad es que somos tan diferentes que nuestras historias no se pueden comparar. Yo no he tenido nunca grandes riquezas, pero curiosamente eso me ha hecho más rico ahora. Me han dejado en paz, las gentes sólo se han interesado en mí para refugiarse o para rezar.
- Tampoco tienes la visibilidad que tengo yo. ¡Esto de estar a cuerpo desnudo en medio del paisaje...!
- Ya. Suscita la tentación de tirar al blanco.
- Buf.
- Pero parece que lo llevas con mucha dignidad, ¿no?
- Si tú lo dices... La verdad es que también se me dio mucha más fuerza que a otros montes. Por algo será. Dicen que Dios no te concede una virtud, si no es porque vas a tener que usarla a fondo.
- La verdad es que con uno sólo de los petardazos que tú sufres, yo habría sido arrasado, estaría ko del todo. Soy muy frágil en ese sentido ¡Hasta sufro desprendimientos rocosos espontáneos! Y no digamos lo que sería un incendio en mí...con tanto barranco crítico y tanto peñasco, no hay modo de acceder a mis rincones ni de apagarlo.
- Sí, está claro que cada uno es como es, y vive sus propias dificultades. Por cierto, que estoy viendo que has sido declarado "Parc Natural del Montsant" hace poco. ¿Qué tal la experiencia?
- Bueno, ambivalente, como todo.
- ¿No te satisface?
- En parte sí. La gente me admira y respeta más, y cuento con la protección de normativas oficiales. En verano, ¡hasta cierran los caminos de acceso a mi cuerpo, para evitar riesgos de incendio! Desbrozan mis senderos de maleza, limpian la basura, me miman.
- ¿Y entonces, las pegas cuáles son?
- Bueno, eso de salir en las guías y de verse promocionado, hace que venga mucha más gente a visitarme, y toda esa gente no es igual. Algunos no me respetan. Otros atentan contra lo que más me gusta y lo que siempre debiera caracterizarme: la paz y el silencio. También me da pena que la gente de algún pueblo ya no pueda sentarse en mis cuevas, todos juntos y alegres, durante su día de fiesta veraniega. Me gustaba acoger actos así.
- Entiendo.
- Pero no me quejo, porque en estos tiempos se necesita protección o permiso oficial para casi todo, y así sé que puedo estar tranquilo respecto a mi futuro. Por lo menos no van a vender mi tierra como parcelas inmobiliarias...¡o eso espero!
- Esperemos que no. Bueno, yo creo que tampoco corro ese riesgo..
- Pues mira, ya es algo que compartimos. ¡Y es una suerte!
- Sí. Las montañas tienen que seguir siendo montañas, y tiene que seguir habiendo espacios libres en la naturaleza...

El diálogo podría seguir...De hecho, tal vez siga. Pero a mí que me registren, porque no sé nada más. Es de mala educación escuchar conversaciones de terceros, y además el diálogo más enriquecedor e interesante es aquel que se produce desde el profundo entendimiento del corazón. Y eso siempre sucede en la intimidad. Las aguas profundas de un corazón ajeno, ¿quién las conoce? ¿Quién es capaz de penetrar en sus misterios? Sólo Dios...

O sea, que sólo Dios sabe lo que el Montsant y el Teleno puedan hablar entre sí gracias a un cruce de postales, o de llamadas telefónicas. Eso sí, mi deseo sería que ese diálogo, ese puente de comunicación, sirviera de ayuda para ambos. Que el Teleno aprendiera algo de su pariente lejano, y viceversa. Incluso que intercambiaran regalos, yo que sé. Ya puestos, se me ocurrre que una fantástica idea sería una reunión o meeting de montañas sagradas de toooodo el mundo. Podrían intercambiar impresiones, compartir ideas y hasta ayudarse a realizar sus sueños y proyectos. Porque tal vez tengan un anhelo común todas ellas...

Entonces, los que aman las montañas, ya saben lo que les toca: que cada vez que vayan a por una, no lo hagan sólo para subir miles de metros y ya está, sino que presten su corazón al diálogo, al intercambio entre diferentes partes del mundo, de la tierra, del planeta, o como se quiera llamarlo.

Hum. ¿Me ha quedado demasiado "alucinada cósmica" esta entrada? Seguramente ;-) Eso es todo por hoy...Saludos desde las lejanas tierras del Este, y hasta la vista.
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sábado, 5 de diciembre de 2009

¡Si lo vieran en Tabuyo...! (Lo que vale un repollín)

(El repollo que protagoniza esta entrada, en su jarrito de flores)

Lejos del Teleno, en la brumosa y lejana gran ciudad, tengo la oportunidad de comparar, una vez más, cómo es la vida aquí, con la vida que dejamos atrás (¡eh, pero sólo por un tiempo!), en Tabuyo.

He de confesar que, a estas alturas (ha pasado un mes, y aún no volvemos), me he puesto muy nostálgica. Nos hemos puesto, mejor dicho. Pensamos, sobretodo, en el monte, en el bosque… Nos preguntamos si habrá nevado, e imaginamos lo bonito que debe estar aquello. A nosotros, que nos gusta el frío y el silencio que se adueña de la naturaleza en invierno, nos parece que esta es la mejor época para estar en el pueblo: a finales de otoño, cuando los colores aún son intensos pero la nieve hace su aparición.

Entonces, sentimos añoranza del silencio de la naturaleza, muy distinto al que se nota dentro de un edificio. Nos invade la nostalgia del olor de los pinos y hasta del calorcito de la lumbre, allí en la cocina, mientras comemos, ay. Pero bueno, que nadie piense que sufrimos. También he de confesar que personalmente me estça viniendo muy bien estar aquí, dejándome querer por la familia (encantados de nuestra visita) y entregándome a unas auténticas vacaciones por primera vez en muuucho tiempo. De esas en las que no te puedes preocupar por nada, ni hacer nada, porque no te dejan. "Tú a descansar, que con cuidar del niño tienes bastante" Se agradece.

Pero a lo que iba. Un día de éstos, paseando por ahí los tres, nos paramos en una floristería para comprar algo que alegrara nuestra habitación. Es que en la ciudad parece que entren ganas de ver flores, o de algo verde y vivo que anime la cosa. En el pueblo, ni pienso en eso. ¿Para qué, si nada más salir tengo de todo ahí fuera, y lo disfruto cada día? Pero aquí… Y bueno, pues resultó que la señora tendera se empeñó en vendernos un brote de repollo. Lo que digo. Nos mostró, orgullosísima y segura de que estaba vendiéndonos “lo más de lo más”, un cubo lleno de ramos de lo que, sin duda, eran coles y, sin casi darnos tiempo a responder, empezó a prepararnos una, añadiéndole, para “rellenar” y hacer bonito, hojas de planta de espárrago. ¡Hay que ver lo que daría de sí una huerta tabuyana, oye! Luego la florista lo envolvió todo en un celofán transparente, lo ató con cuatro hebras de paja alrededor, para darle un toque más rústico (que también es lo que está de moda), y hale, 3 euros por el repollín.

A mí me dio la risa tonta. Pensé: "Si tú supieras de dónde venimos, maja, no querrías vendernos repollos para adornar la mesa" La florista debió de pensar que mi sonrisa era de alegría, o de asombro ante la maravillosa novedad que acababa de vendernos, y aún añadió, para darle más importancia al asunto, que una amiga suya recién había vuelto de Nueva York y allí, lo más "fashion" era llenar de coles los jardines. Y no para comerlas, sino para hacer bonito, hale. Eso sí, el repollo que acababa de vendernos era un tipo de planta especial, un híbrido genético de ésos en los que cruzaron rosas con coles, para que el brote saliera más cerradito y redondito.

Bueno. No le quise quitar la ilusión a la buena mujer. La verdad es que la col era muy mona ella, y me parecía simpático comprarla, como un chiste. Sólo que nunca hubiera pagado 3 euros por un único brote de repollo. Con cruce de rosa o sin cruce, no deja de verse como una col pequeña. La semana anterior, por 3 euros habíamos comprado tres preciosas flores grandes, así que se nos quedó cara de tontos. Pero bueno, ya estaba hecho. Pensé: “Vale, nos llevamos la col, pero lo voy a contar en el blog”.

Ahora tenemos un bonito repollito sobre la mesa de nuestra habitación. Cada vez que lo miro, me pregunto cómo estarán por Tabuyo…y lo bonitos que son los repollos, je, je. A veces las modas se acercan a lo rural, y sacan a los escaparates montones de cosas que, en los pueblos, nadie valora precisamente por su estética. Para nuestros abuelos, las berzas son cosas para comer, y ya está. ¡La cara que pondrían si vieran mini repollitos en las floristerías de ciudad, vendidos como si fueran un producto de lujo… y que, encima, por los tramientos químicos que llevan, no te puedes ni comer!

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sábado, 10 de octubre de 2009

¡Aguaaa....Por fin!


¡Por fin llovió! Buena falta que hacía, y la cantidad de agua no estuvo nada mal. Vean, vean como quedaron algunas zonas de bosque: Luego, se limpiaron los cielos con tanta agua y por fin volvieron a ser claros y transparentes, como suele ser. Que llevábamos unas semanas con muchos días de cielos enharinados y turbios que para qué.
Este es el aspecto de un atardecer después de la lluvia. ¡Se estaba de bien paseando por el campo...!
Cualquier rincón de cielo es hermoso, cuando el tiempo está así. Lo humilde del paisaje no quita su encanto, ¿no?

Pues eso es todo por hoy :-), hasta la próxima.
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Al Rico Saúco (un Postre Otoñal...)

(Foto casera de postre casero...todo en un plis plas. La presentación podría ser mejor, pero no estábamos para filigranas :-))

Esta entrada llega un poco tarde para los que quieran probar el postre que recomiendo, ya que para hacerlo se necesitan bayas maduras de saúco, y me parece que, con las últimas lluvias, ya cayeron al suelo las últimas que quedaban…Pero nunca es tarde para dar a conocer, con la excusa de la repostería, a una planta medicinal más de esas que aquí están por todas partes. Porque ¿quién no conoce a los saúcos? ¿Quién no se ha parado a verlos en mayo y junio, espectaculares con sus millones de diminutas y olorosas flores blancas?
(El saúco más bonito de todo Tabuyo, junto a la casa de Cruz)

En casi todos los pueblos de esta zona es posible ver saúcos creciendo junto a algunas casas. Algunos no pasan de ser arbustos, otros alcanzan el tamaño de auténticos árboles. Lo que no sé si la gente sabe es que el saúco es un árbol bondadoso, ya que tiene algunas propiedades sanadoras que lo hacen muy útil en la despensa de cualquier casa. Lo que se usa del saúco son las flores principalmente. Hay que recogerlas y secarlas bien, y luego se hacen en infusión. Sirve para ayudar a hacer sudar y eliminar toxinas del cuerpo, o sea que son útiles para gripes y resfriados. Con las bayas crudas se pueden hacer jarabes con idénticas propiedades, pero su preparación es más laboriosa.
(Bayas de saúco)

Pero además, el saúco se puede utilizar para hacer postres caseros fáciles y sabrosos. Aquí el que más conocen son las flores de saúco rebozadas. Oí hablar de eso al llegar a este pueblo y enseguida lo probé. Se cogen las flores frescas, se pasan por harina y huevo y, después de fritas, se les da un toque con miel. El sabor que queda finalmente es más intenso y especiado que el de cualquier buñuelo, y de hecho me gusta mucho, pero aun no le he encontrado el punto al postre pues, para mi gusto, queda demasiado aceitoso. Tengo que experimentar más, o recabar más información hablando con las mujeres de aquí, porque seguro que la cosa tiene su truco. Me gustaría lograr una especie de “tempura”, (esos rebozados finísimos y crujientes que hacen los japoneses) con flores de saúco, pero resulta que tampoco sé bien cómo se hacen tempuras crujientes…así que…

Pero dejo aparte lo de las flores de saúco, porque ya se conocen aquí. De lo que voy a hablar es de la mermelada de saúco, porque creo que nadie la hace y resulta un postrecillo peculiar, nada despreciable, suave y con un punto exótico. Pero es de lo más fácil. Se recolectan las bayas maduras, se lavan por si llevan polvo, se escurren y se ponen en una cazuelita al fuego, con azúcar al gusto, para que se cuezan. Yo las hago con azúcar moreno, porque su sabor me gusta más. Las bayas empiezan a sacar espuma y agua, y hierven como si fuera una especie de sopa. A mí me gusta dejarlas hervir un buen rato, hasta que la mayor parte de agua se ha evaporado y quedan las bayas (aún enteras, pero ya arrugadas) en un líquido más espeso que el agua, pero no tan denso como el caramelo. Luego meto este mejunje negro en tarros, los pongo al baño maría y listo.

Supongo que hay quien es tiquismiquis con las pieles y las semillitas y preferiría colarlo todo o pasarlo por el pasapurés. Bien, asunto suyo, aunque eso complica la cosa o por lo menos la hace más laboriosa. Es que a mí algunas mermeladas me gustan “con trozos”, que se note de qué fruta están hechas. Una mermelada de manzana o de ciruela no, prefiero que quede como puré finito. Pero una mermelada de moras, o de saúco, o de arándanos, me gusta más si llevan frutitas enteras dentro, porque dan otro aspecto y textura a muchos postres.

En este caso el invento es simplísimo. Se coge un yogur natural lo más rico y de calidad posible (si es casero, mejor), y se le ponen unas cucharadas de mermelada de saúco, o de bayas de saúco confitadas, y se remueve lo justo como para que el aspecto quede con vetas o aguas de color, como mármol. Y ya está el postre de otoño listo, más sano imposible. Se puede hacer también con requesón, aunque aquí es difícil encontrarlo en las tiendas.

Otra variante del mismo postre, que casi está más sabrosa, es con mermelada de moras. Las moras, ¡otras deliciosas frutas silvestres que parecen algo olvidadas por aquí! También en este caso yo prefiero la mermelada con moras sin triturar. Si se ven éstas enteras entre las vetas de jugo caramelizado queda un postre de texturas diferentes, menos aburrido que si todo es liso. Además, así nadie tiene dudas acerca de la mermelada, nadie podrá decir “¿Y esto qué llevará?”. Las moras, cocinadas así, mezcladas con el yogurcito cremoso, hacen un postre rico-rico.

Y todo esto se puede hacer también para merendar, con otra variante. En vez de poner cucharadas de mermelada de saúco (o de mora) en tacitas de yogur, se unta una rebanada de buen pan con queso fresco (mismamente el de tipo philadelphia) y luego se “pinta” la cosa con la mermelada. ¡Esta combinación dulce-salado está muy rica! Y de nuevo: más sano, imposible. Además, para los que somos golosos no sólo con el paladar, sino también con los ojos, estas mermeladas proporcionan unos colores vivos muy bonitos: granates, morados, violetas, negros, azulados…Son, cuando menos, coloridos originales, casi como de chuche para niños. En broma, se les podría llamar “Postre del Conde Drácula” o “Yogur de Vampiro”, por ese tono rojizo y oscuro, como de sangre de caramelo…

Por último, debo mencionar que aquí existe una Cooperativa que aprovecha el saúco para hacer un vinagre especial, con maceración de sus bayas. Es un aliño original e interesante. Quien quiera, lo puede comprar en Priaranza, o en Tabuyo, o en algunos establecimientos de alimentación especializados de la zona. Desde internet, es posible comprarlo en este enlace.

Pues este es mi mini-homenaje al saúco, árbol hermoso y benéfico donde los haya. Brindo por su salud y por su reconocimiento social. Ojalá cada vez más personas lo valoren no sólo por lo bonito que es, sino también por sus cualidades, y así pueda seguir acompañando a nuestras casas durante muchas generaciones más. ¡Gracias, saúco!