viernes, 26 de junio de 2009

Tomasa y Clemencia, en la TV y el Diario de León

( Tomasa y Clemencia, protagonistas de hoy. La foto me parece preciosa, y no sería yo honesta si no hiciera mención del excelente trabajo del fotógrafo Xose Ambas, parte de cuyo trabajo puede verse haciendo clic aquí.)


Ando muy desconectada últimamente, así que fue casi de casualidad que el otro día, en el bar, se me ocurriera mirar el periódico del domingo y descubriera que en la portada de la revista aparecían, a todo color y en primer plano, nuestras vecinas Tomasa y Clemencia.

Al parecer fueron entrevistadas por el programa asturiano "Camín de Cantares" y grabaron para él un montón de canciones tradicionales de las que ellas saben. No es la primera vez, ni la segunda, que Tomasa, alias "La que canta" ha sido entrevistada y su voz cantarina grabada. Y no es para menos, dada su afición al canto y su prodigiosa memoria...¡a los 100 años de edad!

Bueno, Tomasa merecería un capítulo aparte pero, por ahora, lo menos que puedo hacer es poner aquí una referencia de la aparición de ella y su hermana en los medios de comunicación.
No he podido entrar al día de hoy en la página web del Diario de León, para mirar si había algún enlace a la revista con el reportaje en el cual ambas hermanas participaban y ponerlo aquí, pues me fallaba la conexión (y es que ando en un ordenador prestado, con una conexión más lenta que el caballo del malo, pero a internet regalado no le mires el dentado :-D )
En fin, buscando en internet, sí encontré por lo menos una foto de ellas, que es la que ilustra la portada de la revista, y la he subido aquí.
Queda esta entrada, pues, como un mini homenaje a estas mujeres, ¡y que sigan así, maestras de la alegría de vivir!
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Lagarto, Lagarto

(No tengo fotos del lagarto verde, más escpectacular, pero ahí va una de un "familiar". No sé si es lagarto, lagartija, o mitad las dos cosas, pero me parece un bicho precioso. La foto la sacó mi hermana, Elena de Paz)

A juzgar por la cantidad de anécdotas que he oído acerca de matar inofensivas culebras y otros animales, parece que aquí no gustan mucho los bichos que reptan. Pero la verdad es que forman parte de nuestro paisaje y resultan muy beneficiosos para la agricultura, ya que comen insectos, ratoncillos y esa clase de animalillos que pueden fastidiar las cosechas. ¡Deberían hacerles un monumento!

Este año he visto muchos lagartos, y no he sido la única. Llama la atención el resplandor de su color verde esmeralda, casi siempre escabulléndose a toda velocidad entre la maleza porque son asustadizos. (Y con razón, ya que deben haber muerto muchos a pedradas) Me parece un animal fascinante, así que he querido colgar aquí una foto de un lagarto tabuyano como muestra de los otros "habitantes" de estos lares, los animales salvajes. ¿Serán, también ellos, Hijos del Teleno? ¿Quién sabe...? ¡Si los lagartos pudieran hablar, seguro que nos contarían muchas cosas! Pero hasta el día de hoy nadie pudo hacerles una entrevista. Lástima, je, je. Esperaremos a tiempos mejores :-)
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miércoles, 24 de junio de 2009

Privilegios de Cabra

(En la cola de la tienda se oyen muchas historias. En primer plano, Rosalina. Detrás Esteban, Madalena y María)

Surgen montones de historias y comentarios que alrededor de una madre primeriza. Aquí conviven diferentes generaciones que han vivido de manera muy diferente lo de embarazarse, parir y criar a los hijos, así que hay tela para escuchar, cada quien dice la suya. Pero la historia que más gracia me ha hecho de todas ha sido la última, que trata de una cabra.

Me la contaba Rosalina. Al parecer, tuvo problemas para dar el pecho a una de sus hijas. Entonces compraron una cabra. Iba al monte en el rebaño, con las demás, pero tenía un trato privilegiado. La gente sabía que “estaba criando”, pues de su leche comía la hija de Rosalina, así que si a la cabra le entraba un antojo de berzas, pues berzas le dejaban comer. Si se salía del montón porque quería ir a comer otra cosa, pues nada, se lo permitían, no fuera a ser que le menguara la leche o que le faltara sustancia. A fin de cuentas, ¡un niño es un niño!, ¿quién no está dispuesto a sacrificar algo por la crianza de un bebé, aunque sea ajeno? Con lo cual la cabra se paseaba dichosa y ufana por donde quería…y la niña creció de maravilla. Así me lo han contado, y así lo cuento yo.

Pero la historia me ha dado qué pensar. Hoy, cuando las madres no consiguen amamantar a sus hijos, tienen esas “leches” de tienda para darles, lo cual realmemte es un avance práctico para ellas. Y en los pueblos ya casi no quedan cabras, y aunque las haya, a nadie se le ocurre que se pudiera criar a un hijo así. ¡La leche de farmacia parece tan limpia, tan sofisticada, tan perfecta! Y la pobre cabra, ¿qué es? Un bicho sucio con tetorras grandes y oscuras que vaya usted a saber por dónde las habrá arrastrado… Es lógico que una madre de ciudad, que no tiene cabras a la vista, vaya a la farmacia a por leche, pero ¿y en los pueblos…? Ya nadie echa mano de la leche de cabra, eso es cosa del pasado. Aunque en Tabuyo el caso de Rosalina no fue el único (he sabido de otros más, con resultados igual de buenos), a las nuevas generaciones no sé si les resultaría agradable la idea de echar mano de una cabra, en caso de necesitar leche para un bebé. Ni siquiera sé si yo me satrevería, y eso que sé de buena tinta que puede funcionar. Pero es que vas al médico y te meten miedo. ¡Ponen tantos problemas con los animales domésticos! Y con todo en general, o mejor dicho: con todo lo que sea natural y silvestre como la vida misma.

Parece que al final, para cierta medicina, la Naturaleza es un problema en sí misma, por lo menos tal cual está. Querrían hervir el monte para desinfectarlo y precintar con plástico los campos, por si acaso. Que si bacterias, que si posibles parásitos, que si…Bueno, es verdad que hay que ir con cuidado y tener unas mínimas medidas de higiene, pero creo que hoy se pasan, y parece que sea obligatorio recurrir a productos muy sofisticados para sobrevivir, cuando escuchando a nuestros mayores queda claro que no es así. O no tiene por qué ser así.

Le pregunté a Rosalina si la cabra tuvo nombre. Me dijo que no, pero que se le podría poner uno. Digo yo que se lo merecía, porque gracias a ella una niña salió adelante, y bien que le fue. Sirva esta entrada como homenaje póstumo a los animales domésticos que, como ella, hicieron posible o más fácil la vida de tantos tabuyanos. Gracias :-)

jueves, 11 de junio de 2009

El Misterioso Idolo de Tabuyo

(El protagonista de esta entrada, el auténtico y misterioso Idolo de Tabuyo que se conserva en el Museo de León)

Digo misterioso porque, cualquiera estará de acuerdo conmigo, cuando uno mira la piedra y lee en el cartelito explicativo que la acompaña que el grabado representa a un guerrero, no lo ve por ningún lado...
- Eeehh…Aquí dice que se puede distinguir “una figura antropomorfa” (= de forma humana), pero ¿dónde le ven el parecido a esto con un ser humano?
- Pueeess…
- ¡Y dicen que podría tratarse de un guerrero!. Pues como no se trate del R2P2 (el robot de la Guerra de las Galaxias), no sé yo…
- Ja, pues sí que se parece. Oye, a ver si Tabuyo fue un lugar de aterrizaje de naves espaciales, je je.
- No fastidies. Era lo que nos faltaba, marcianos en Tabuyo.
- Je, puedes escribir un artículo sobre eso en internet y seguro que empiezan a venir todos los fanáticos del asunto ovni, desarrollando teorías increíbles sobre esta zona y esperando vivir una especie de contacto con lo paranormal…
- Deja, deja, que a los ovnis no los ha invitado nadie, a ver si la vamos a liar. Prefiero seguir intentando ver al guerrero ése que dicen que está representado aquí…
- Pues yo no lo veo por ningún lado.
- Bua, me parece que algunos estudiosos ven sólo lo que quieren ver. Estarán convencidos de su teoría, y si no hay un guerrero se lo inventan.
- Hombre, lo que sí es cierto es que esa cosa de la derecha parece una lanza en pie.
- Pero ¿y lo del otro lado qué?¿Una especie de cachiporra torcida y ridícula?
- Podría ser un brazo.
- Vamos, no fastidies, ¡pues menudo brazo feo y escuchimizado!
- A mí me parece una especie de manivela…o hasta podría ser el tirador de una puerta.
- Pues sí…

Diálogos así pueden alargarse hasta el infinito, total para concluir lo mismo que al principio: el guerrero o la figura “antropomorfa” no se ve por ninguna parte, ni usando un montón de imaginación. Entonces ¿qué? ¿Por qué los carteles que hay aquí, junto a la reproducción de la piedra, como en el Museo de León, donde está el original, insisten en lo del guerrero? ¿En qué pensaban los Hijos del Teleno que, miles de años atrás, grabaron esa piedra?

Pero investigando un poco sobre el asunto en internet me enteré de que, mira por dónde, existe en Asturias otro ídolo muy parecido al de Tabuyo. Se trata del Idolo de Peña Tú (vaya nombre, me dije), y está grabado en unas peñas del lugar de Puertas de Vidiago (Llanes, Asturias) Todos los expertos coinciden en destacar su gran similitud con el ídolo tabuyano, con lo cual concluyen que seguramente ambos fueron realizados en una época similar y por unas gentes similares.

Esto me resultó un dato muy interesante, pues sabido es que estas tierras estuvieron habitadas por tribus astures, como lo que más tarde se llamó Asturias. Y aunque las tribus astures de aquí eran diferentes a las de allá, los historiadores están de acuerdo en señalar que todas estas tribus estaban relacionadas. No solamente eran algo así como “primas hermanas” con un origen común, sino que muy probablemente existían líneas de comunicación abiertas entre ellas. De ahí que los dos ídolos sean tan parecidos.

Fui a mirar las fotos del Idolo de Peña Tú, y tuve que admitir que, efectivamente, era muy parecido a la piedra de Tabuyo. Y no sólo eso, sino que en el grabado de Peña Tú sí se puede ver (aunque con bastante imaginación...) algo parecido a una cara con ojos.

(El Idolo de Peña Tú)

Los arqueólogos interpretan que probablemente el ídolo asturiano representa a un guerrero. Entonces, se me ocurre que fue comparando a ambos que se les metió entre ceja y ceja que el Tabuyo era otro guerrero, sobretodo viendo la flechita del lado derecho, parecida a una lanza. Según los estudiosos ambos ídolos estarían relacionados con algún enterramiento de un guerrero importante o ilustre. O algo así, porque vete a saber…¡han pasado tantos milenios…! ¿Qué sabemos de cómo sentían y pensaban aquellas gentes?

Y además, por lo visto no hay forma de saber dónde exactamente, quién y cómo se encontró el Idolo de Tabuyo, que parece que “alguien” “descubrió” en el S.XIX. Así que es una piedra sacada de contexto, porque el tal “alguien” no dejó dicho de dónde la sacó. Y vaya gracia, porque ¿cómo podemos interpretar correctamente lo que es eso, si no sabemos cómo estaba colocado o dónde estaba? A lo mejor era una piedra erguida y solitaria que señalaba algo. A lo mejor no, y formaba parte de un “monumento” mayor, ya desaparecido. A lo mejor estaba en el suelo, como si fuera una lápida, aunque no sé si en esa época se enterraba así a los muertos. Total, que no tenemos ni idea. Lástima.

Así que ahí queda el misterio, envolviendo a nuestra piedrota más famosa. Pero se me ocurre que si quienes hicieron los 2 ídolos estaban relacionados por pertenecer a tribus con un origen común, tal vez las dos piedras tengan nostalgia…
- Qué hará mi pariente asturiano, ¿cómo le habrá ido?¡Hace siglos que no sé nada de él! – se dice el Idolo Tabuyano.
- Cada día estoy más viejo, me voy gastando y cayendo a cachos- se lamenta el de Peña Tú- Y ya me gustaría volver a saber algo de mi primo tabuyano. ¡Ese viejo bribón…! ¿En qué andará metido?

Y en las noches de luna llena, las almas de las viejas piedras lanzan sus mensajes al mar del cielo estrellado, esperando respuesta. ¡Están tan cansadas…! Son miles de años aguantando el tipo desde que ambas familias, la de Tabuyo y la Peña Tú, perdieran el contacto, pero las piedras aun se recuerdan. Y es que la memoria de las piedras es más dura que un disco duro del ordenador, y aguanta casi lo que sea: incendios, guerras…Pero hasta las piedras se gastan, pues incluso para ellas termina pasando la historia.

Entonces, tal vez sería bonito concederles ese último deseo. Y ya que no pueden estar físicamente juntas, pues una sigue en su peña y la otra, la tabuyana, reside en un museo, quienes sí podrían reunirse serían los pueblos descendientes de aquellos guerreros y artistas que plasmaron en las piedras…¿quién sabe qué?

No sabemos con certeza qué mensaje “contienen” las dos piedras, pero seguro que en ellas permanece algo del espíritu guerrero de aquellos pueblos, de su fuerza y, por qué no, también de su fe y de su esperanza en la vida que habría más allá de lo que durara su corta existencia. Ellos morirían, pero permanecerían las piedras, contando a los descendientes de ambas tribus hermanas algo. Y se me ocurre que ese algo, ese misterio encriptado en piedra, tal vez sólo pueda ser comprendido verdaderamente por el corazón de sus descendientes. Y es que claro, ¡estaba dirigido a ellos! Es decir: está dirigido –también- a los que hoy vivimos aquí.

Los Idolos son una herencia misteriosa cuyo verdadero valor sería hermoso descubrir. Del valor arqueológico e histórico se encargan los científicos y los historiadores. Nosotros no sabemos tanto, pero podemos encontrar otro valor, que tiene que ver con el corazón y las cosas que no se pueden medir científicamente.

Propongo volver a hermanar ambos lugares: Peña Tú (Puertas) y Tabuyo. Que lo que estuvo relacionado vuelva a darse la mano. Probablemente no descubramos nada nuevo acerca de las piedras, pero ¿quién sabe?, tal vez nos beneficiemos mutuamente gracias a una amistad reencontrada. Yo te ayudo y tú me ayudas, o simplemente saludarse y esa clase de cosas. Y así tal vez la gente recuerde que hubo un tiempo, miles y miles de años atrás, en que las dos tierras eran primas hermanas y no existían los límites políticos y territoriales que hoy nos marcan tanto y que en cierto modo nos han separado.

Pero bueno, ya he divagado suficientemente por hoy. Ahí queda esa idea. Disparatada o no, sólo espero que sea la semilla de una mayor comprensión acerca de la riqueza que tenemos entre manos. Por mi parte, pienso que por lo menos sería bonito viajar a Peña Tú y llevarle los recuerdos de su pariente Tabuyano. Allí, mientras las dos viejas piedrotas se emocionaran, contándose los últimos 3 mil años de historia a través de nuestro corazón, sacaríamos chorizos y escanciaríamos unas sidras para comer y brindar por las futuras generaciones.
¡Que sean 3 mil años más…, y a seguir tan bien!