lunes, 11 de enero de 2010

De Navidades a Reyes

Breve crónica de unas navidades diferentes

Por Manuel Bonilla




Estos días festivos que acabamos de dejar atrás los he pasado aquí, en Priaranza, lejos de la familia pero con mucha, muchísima tranquilidad, algo que adoro.

Recuerdo las navidades en Madrid como algo apabullante, loco, completamente insano. No me refiero al hecho de la Navidad en sí, ni a las reuniones familiares, algo con lo que ya hace tiempo me reconcilié (después de mi juvenil y natural época anti-todo-lo-convencional) y que de hecho ahora valoro de un modo más sentido. Me refiero a que en esas fechas se potencia a un grado extremo todo lo que no me gusta de la ciudad: más gente, más ruido, más estrés, más publicidad, publicidad y publicidad, compra, compra ¡COMPRA! y todo lleno de bombillitas por todas partes...

En fin, que estar aquí ha sido todo un lujo como el resto del año, pero quizá mayor aún si cabe por el contraste con lo que ocurre en la "city". En Noche Buena, estuve cenando solito en casa disfrutando del silencio y la paz. Y luego un poco de alegría social en el bar de Moni hasta las tantas. Y aunque se trate de un bar y de tomar copas con la gente, la sensación es casi familiar, sin multitudes atosigantes, y al salir a la calle, de vuelta a casa... ¡ese silencio! ¡esa paz!.
Realmente nada que ver con una Nochebuena en la ciudad.


Árboles de Navidad

He sido perezoso, porque tenía pensado recuperar una entrada del blog que escribió Marta el año pasado y que me parecía que merecía la pena recordar, acerca de la antigua navidad en el bosque, un cuento que nos invitaba a mirar y vivir de otra manera la tradición de los árboles navideños y que a mí desde luego me llegó al alma. Tanto es así que desde entonces, en las dos navidades que han pasado, he salido al bosque a decorar un arbolito con frutos, dulces, panecillos, etc.



Noche Vieja - Año Nuevo 
Despedí el año cenando un delicioso corderito con dos amigos, Cecilia y Rafa, y cuando iban a ser las 12 -recuerdo tantas veces, estando con la familia, pendiente en esos momentos de la TV para tomar las uvas en sincronía con el resto de mundo o de nuestro huso horario, al menos-  en fin, como iba diciendo: llegaba la hora y nos pertrechamos con nuestros mejores abrigos, gorros y guantes, unas linternas y tapones para los oídos y... ¡a subir al campanario!

Así que, con un par de minutos de retraso con arreglo a la hora oficial:

DONGGG
    DONGGGG
        DONGGG

Con la ilusión de un chaval, dí las doce campanadas despidiendo al 2009 y saludando al 2010, dando las gracias a Priaranza, sus tierras y sus gentes, y por supuesto, al Teleno que nos miraba desde ahí arriba y a la Naturaleza toda de por estas tierras.

Después unas sidrinas y a dormir. Al levantarme nevaba, y estrené el año con un paseo en bici hasta el embalse para ver lo bonito que había amanecido el primer día. Y por la tarde un poco de trabajo en mi taller por eso de empezar con buen impulso.

Así de blanquito estaba el 1 de Enero


REYES... ¿o no?

El día 6 me levanté pensando: "al final va a ser verdad eso que me dijo Francisco de que los Reyes son los padres..." porque no había nada de nada, ¡y eso que dije que había sido malo para que me trajesen carbón! Pero no, no hubo carbón. También pudo ser cosa de que olvidé echar la carta ¿verdad?. El caso es que me sentí como niño sin regalo. Hasta que recordé donde encuentro siempre mis regalos: en mis paseos por el campo, y ese fué mi regalo de Reyes: una excursión al Agua Alta.
¡Y vaya si encontré regalos! al menos me crucé con 6 corzos, paisajes impresionantes, joyas de hielo en la cascada y el arroyo... pasé todo el día por ahí arriba hasta que se me hizo de noche. Llegué a casa reventado pero con el corazón y la cámara de fotos llenos de tesoros. ¡Y eso que me levanté quejándome de que no tenía nada!.



El Agua Alta el día de Reyes

Y sí, puede que fueran mis padres, los naturales (va por vosotros) y los arquetípicos. Y parece ser que no me he portado tan mal, en vista de lo que me trajeron :-) Gracias.

Y las Navidades pasaron y se va volviendo a la normalidad (sea lo que sea eso), y sigue haciendo un frío del carajo y una delgada capa de nieve lo cubre todo de nuevo.

Fin de la crónica navideña.
 ¡Salud, y feliz año nuevo!

Manuel

7 comentarios:

Bárbara dijo...

Feliz Año!!! Es un gustazo poder leerte en estas páginas y disfrutar de esos paisajes que atrapas con tu cámara. Gracias!!

Esta bien eso de que compartais espacio Marta y tu, así, como ahora todos tenemos menos tiempo, el blog no se queda sin palabras tanto tiempo.

Es una pequeña ventana que tenemos abierta hacia aquellas tierras!!

Un placer leeros!

Xibeliuss dijo...

Saludos desde la otra vertiente! He encontrado tu blog a través de Corazón de León y, con tu permiso, me apunto.
Saludos desde Sanabria

Abel dijo...

Buenas!

Acabo de conocer vuestro blog gracias a Ricardo Chao y Radio León. Un placer haberos descubierto. Os leeré a menudo.

Por cierto, soy de San Román de la Vega, y cuando voy allí, veo todos los días al dios teleno.

Un saludu paisanus

Luisín dijo...

¡Hola Marta! Me dirijo a ti porque te escuché en la radio y quería felicitarte por tu intervención radiofónica y darte las gracias por expresar tan bien algunas de las cosas que los demás no sabemos. Hubiera preferido hacerlo en persona, pero aún no te vi desde que volviste.

Anónimo dijo...

Esto no es un blog esto es una joya. Saludos desde Reinosa, Cantabria.

Rubén.

Marta de Paz dijo...

Nosotros no pudimos este año "adornar" nuestro Arbol de las Ofrendas en Navidades, y tuvimos buena ocasión de reflexionar ante un Arbol de Navidad típico, con sus bombillitas y sus bolitas sintéticas...

Es complicado vivir entre dos mundos, dos culturas, dos formas de ver la vida, y ser justo. Es decir, ser capaz de ver también la bondad oculta en el mundo artificical y loco de la "city" y la moda del momento, y al mismo tiempo no dejarse engañar por lo que no es bondad, sino autoengaño, ilusa ilusión, vértigo consumista, ansiedad codiciosa.

En fin, es difícil ser justo, pero no imposible. Lo intentamos. Y por unas cuantas razones, nos llevamos un buen sabor de boca de la Navidad en Barcelona.

ESo sí, nadie nos va a quitar de celebrar con el Bosque y sus habitantes nuestra amistad. Aunque sea en enero...que, a fin de cuentas, aún es buena fecha para ello.
Saludos

Anónimo dijo...

Bueno, bueno veo que las cosas siguen el curso lógico, que la paz, el sosiego y la calma es lo que a "algunos raritos" nos depara este 2010, Veo que la buena gente sigue creciendo, avanzando e investigando; eso esta bien, os hace grandes. Mucho me he acordado de vosotros estas navidades, muchas imágenes del Teleno, Sangiñal, hito nuevo han pasado por mis meditaciones, pero este año que no he estado en Navidad en Castrillo es cuando más claro he sentido la fuerza, el ánimo y el apoyo de mi confesor, conmfidente, sabio y maestro Pino Viejo.
Necesito subir a la tierra YA.
P.D. Muy interesantes y magnísficos regalos tus fotos, además de muy buena decisión el nombre de Picasa. Pronto estaré con vosotros, con nuestros dioses y nuestras conversaciones. AUPA.
Rafa- Castrillo.