sábado, 20 de agosto de 2011

Un Dios como una Montaña

Ay, si hubiera estado en Tabuyo, me hubiera encantado asistir al acto. Lo he visto en el Diario de León ahora mismo:


e. gancedo león 19/08/2011


UN DIOS COMO UNA MONTAÑA

Miguel Ángel González presenta hoy en Luyego su libro ‘Teleno. Señor del laberinto, del rayo y de la muerte’, donde analiza las causas profundas de los mitos leoneses

El investigador Miguel Ángel González da a conocer hoy en el ayuntamiento de Luyego de Somoza, a las 20.00 horas, un libro de título tan enigmático como atrayente, al menos por lo insólito: Teleno, señor del laberinto, del rayo y de la muerte. La elección del lugar no es casual, pues la comarca registró hace tres años el hallazgo de valiosos petroglifos laberínticos que movieron a González a emprender esta obra sobre el significado más profundo de los mitos leoneses. ¿Qué son los cuélebres o dragones?, ¿qué simbolizan los laberintos, tanto en representación como en danza?, ¿por qué esa fascinación histórica por el monte Teleno?
Explica el autor que aquel descubrimiento le supuso «toda una conmoción», ya que, como relata, «siempre he tenido mucho interés por las conexiones culturales del Noroeste peninsular. Supongo que esa fue la razón por la que en el verano siguiente recorrí distintos yacimientos de arte rupestre de la zona de la Costa da Morte, en Galicia. Estando en Santiago encontré el libro Santuarios de la Galicia céltica, arqueología del paisaje y religiones comparadas en la Edad del Hierro de García Quintela y Santos Estévez, que sembró en mí la posibilidad de encontrar una razón de ser a los santuarios de origen prehistórico, algunos cristianizados y otros olvidados».
«Con esta inquietud —continúa— profundicé en materias como la Astronomía, la Historia de las Religiones, la Cultura Megalítica, el Arte Rupestre o la Cultura Tradicional, y particularmente, aquella asociada a celebraciones festivas». Además, Miguel Ángel González, ingeniero de profesión, también emprendió un importante trabajo de campo, identificando lugares que podrían haber tenido un especial significado para el hombre antiguo, «reconocibles por restos arqueológicos de tipo cultual o por tradiciones populares que los singularizaban», indica. Pero, ¿qué es un lugar sagrado, como lo puede ser la Cruz de Fierro o el Teleno? Para González, lo es aquel emplazamiento «que, por alguna razón, se diferencia del resto, es singular, y permite la comunicación del hombre con aquellas fuerzas que, cree, gobiernan los ciclos y procesos del Universo. Influir o controlar estas fuerzas, mediante la magia o la religión era esencial para garantizar la supervivencia de las comunidades humanas que accedían a estos espacios. Y ese es el germen de la ciencia».

«Desde el punto de vista que planteo —explica—, los lugares sagrados debían ser una proyección del cielo en la Tierra y, además, permitir conocer el acontecimiento de las fiestas que marcaban los ciclos del Sol y la Luna, ligados a su vez con los ciclos productivos de la Naturaleza. Constituyen, por tanto, la génesis del calendario, un calendario proyectado en el paisaje». Un conocimiento que facilitaba al hombre antiguo, añade González, «garantizar su supervivencia, sintiéndose en sintonía con el orden del universo y determinando el momento de iniciar la siembra, la recolección o el traslado del ganado de un lado a otro mediante la celebración de una fiesta que al mismo tiempo permitía la cohesión de la comunidad, su articulación social y el intercambio comercial con otras comunidades».

Lugar: ayuntamiento de Luyego.

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