domingo, 13 de febrero de 2011

Camino al Teleno (Fin)

Una cosa lamento más de todo lo que no pude hacer aquí: subir al Teleno. Me siento un poco como Moisés (je, salvando las distancias, claro está), vislumbrando la tierra prometida pero quedándose a las puertas. Justo cuando estás rozando algo, te mueres o te vas. Vaya por Dios. En todos estos cuatro años he querido subir, pero no ha habido modo u ocasión. Primero, por el curro y el jaleo de asentarse, hacerse con el pueblo, la casa, las nuevas rutinas. Luego por el trabajo en la resi, que me quedaba cansada y no estaba con ánimos de subir montañas. Luego, por el embarazo, que no estás para trotes de altura. A ratos, por que era invierno y estaba nevado, a ratos porque pegaba el sol de verano y era subir para freírse. Después por la crianza...Y encima, sin tener coche, ni tampoco un coche adecuado a mano para acercarse...

Total, difícil. Siempre he terminado liada con lo urgente, con resolver o vivir lo inmediato. He mirado mil veces hacia el Teleno, incluso cada vez que salía o entraba de casa, y he entendido lo que, al menos para mí, esa montaña es o significa. Y he sentido que hay un camino para ascenderlo, un camino que es interior (no solo exterior), y que éste, de algún modo, se me ha mostrado pero ha quedado sin ser andado por mí. Hay muchas maneras de subir a una montaña, yo he atisbado una que me parece muy especial. Tal vez en el futuro suba al Teleno, pues, en "otra vida/etapa vital", quién sabe.

En todo caso, voy a terminar mi etapa como administradora del blog compartiendo algo acerca de esto. Hace meses que lo escribí, hoy lo dejo aquí como despedida. Siempre te pones más emotivo cuando te vas, así que estáis avisados: son versos para conmoverse, palabras para suspirar y mirar un poco más allá de la vida cotidiana y quién sabe si hasta para soñar.

Hasta la vista a todos, os llevo en el corazón,

Marta

... (Arriba, fotografía de Tharasia)


El Camino al Teleno, ¿quién lo andará?
Desolado está en invierno, vacío en verano,
pero no tiene la culpa el hielo, ni tampoco el sol.

El Camino al Teleno está…olvidado.

Cruza los campos, sube los montes, atiende a los bosques
y ellos te dirán…¿qué es el Teleno?

¿Qué es…sino un altar?
Acaso lo es toda montaña, pero el Teleno, más.

Por eso
el Camino hacia el Teleno no se puede andar
yendo de vacío.
Hay que llevarle algo.

¿Qué? Fuego.
¿Dónde? No en las manos,
sino dentro.

¿Qué pide el Teleno?
Fuego, ¡pero no “ese” fuego con el que lo maltratan!

¿Qué fuego quiere?
Aquel que procede del interior del ser humano entregado,
fuego que arde en el corazón,
capaz de ascender al cielo.

De la tierra al cielo: ese es el resumen
de cualquier vida,
de cualquier ser sobre la tierra.

La tierra nos pare, el cielo nos recibe…más tarde.
El altar del Teleno lo sabe.

¡Vacío está desde hace tanto!
No recibe sino codicia: de oro, de fama, de poder personal…
pero esto no lo llena, sino que lo deja sin más.

Hay que darle fuego al Teleno, pero no llamas destructivas
sino fuego vivo y verdadero.
Entonces no arderá más,
volverá a ser lo que en realidad es: Tierra Sagrada.

El camino al Teleno, ¿quién lo andará?
Unos vienen y otros van,
nadie se detiene en aquel altar.

Pasan de largo los humanos ante lo que, sin embargo, buscan.
¡Tan cerca lo tienen, que ni lo ven!

Y lo que presentas en el altar, es visto de inmediato
desde Lo Alto.

Y es aceptado…si viene con fuego,
fuego del corazón humano entregado,
fuego que asciende al cielo
como las llamas.
Esa es la mejor ofrenda,
esa es la unica oración posible, ahí.

Eterno puente entre tierra y cielo, Teleno, altar inmenso,
por tu paciente e imperturbable presencia,
gracias.



...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pena! Me gustaba de tanto en tanto leer que es de la cotidianeidad más rústica y humana, y evadirme unos minutos de la ciudad...
Sea como fuere, suerte.

Abrazos de "uno"!

Tharasia dijo...

Hacía unos días que no pasaba por aquí, y cuando regreso me encuentro con esta noticia.
Me apena mucho que tengas que irte, aunque si es por trabajo... Las cosas son así. Yo tengo un trabajo bastante inestable y escaso, y por ahora estoy aguantando, pero como siga así, antes o después tendré que irme también.
Mucha suerte. A lo mejor puedes volver en vacaciones, y puede que las cosas cambien en el futuro. Mientras tanto, el Teleno siempre espera.
Un abrazo.

Rocio dijo...

Una pena quedarnos sin la escritora de este blog.
Mucha suerte en tu nueva aventura Marta!

Anónimo dijo...

Hola! me pareció interesante tu blog, voy a poner un enlace de tu blog a nuestro facebook de Turienzo de los Caballeros. No sé si conoceras el pueblo, pero pertenece a la maragatería y recuerdo que mi abuela a veces me nombraba el Teleno ^^

Víctor Sarmiento dijo...

Mari Paz, muy buen relato!!