martes, 30 de diciembre de 2008

Los Astures (de aquí) y los Arboles

Bueno, pero algunos podrían preguntarse, después del Cuento Navideño de ayer, si no se me habrá ido la pinza y me habré ido totalmente por las ramas, hablando de esos temas en un blog que se llama Hijos del Teleno y que pretende girar mucho en torno a Tabuyo (y otros pueblos).

Pues no, no me he salido del tema, pero sí he ido a parar a los tiempos inmemoriales de los primeros pobladores de aquí, de estos lugares, algunos de cuyos descendientes fueron las tribus astures, que recibían diferentes nombres. Por ejemplo, en el valle del río Duerna vivían los Orniacos. Todo esto era, pues, un lugar de "tribus", aunque la historia las resume como Astures. Para quien no lo sepa, el rio Astura era el Esla, que baja hasta Zamora y, por lo tanto, el territorio Astur se extendía desde la actual Asturias asta allí. Lo que sí es más conocido por todos es que el Monte Teleno era considerado sagrado por los indígenas locales con los cuales se toparon los romanos.

Pero mi cuento va un poco más atrás en el tiempo, y precisamente dada la "inmemoriabilidad" de esas épocas, lo que digo puede ser verdad, o no, o ser tan sólo una verdad aproximada o a medias. Sí, vaya usted a saber. Cuando no hay apenas datos arqueológicos que muestren gran cosa, es difícil acertar. Pero me baso en bastantes cosas que sí se saben acerca de las tribus paganas que ocupaban media Europa y de cómo eran la tierra y el paisaje entonces. Son puntos comunes, con lo que casi seguro que, aunque aquí no fuera exactamente así, se le parecía mucho.
Y son:

1 - Verdaderamente, el bosque ocupaba la casi totalidad de Europa, y también de España. Incluso en la zona de lo que hoy se llama la maragatería, es casi seguro que todo estaba cubierto de encinares y robledales. El pinar de Tabuyo es, en su mayoría, reciente, pero al parecer también existen restos arqueológicos que avalarían la existencia de pinos en esta zona. O sea que, aunque no hubiera un pinar como el de ahora, lo que es seguro es que bosque había, y no sólo aquí, sino en toda la maragatería y el valle del Duerna, por supuesto.

2 - Dado que las tribus prerromanas que ocupaban medio continente y media península eran eso, tribus, y que vivían en núcleos de población pequeños, y que no empleaban tiempo y energía en crear grandes infraesctructuras y obras públicas (como hacen los imperios), la explotación del bosque sin duda era más racional que la que se hizo luego. O sea, que aunque fuera de casualidad y sin intencionalidad, probablemente los primitivos habitantes de este lugar cuidaban más los bosques y se preocupaban de no esquilmarlos demasiado, no se fueran a quedar sin ellos. Vamos, es que si no, se les fastidiaba el modo de vida. Por lo general, en historia y arqueología se cumple algo: a más afán monumental de una "civilización", a más tecnología y medios empleados en obras, más destrozo de la naturaleza, más expolio y más necesidad de conseguir fuera del propio territorio materiales para seguir construyendo "la grandeza" de la propia civilización. Esto se lograba una de dos, o comerciando...o robando lo de otros en terreno "conquistado".

3 - El bosque espeso que dominaba las tierras continentales europeas no fue solo fuente de riqueza y lugar perfecto de donde sacar material para la expansión de los ejércitos, las ciudades romanas, etcétera, sino que también fue una de las trabas físicas con las que se topó el Imperio Romano. Tenemos un ejemplo de esto en lo que sucedió en Teotoburgo (Germania). Los curiosos pueden leer, haciendo clic AQUI , un articulito que habla de los legionarios romanos y su pavor al bosque.
Bien, tal vez aquí en Tabuyo el bosque no fuera una selva tan espesa como aquella, pero es posible que estos paisajes empezaran a ser esquilmados de árboles entonces, aunque sólo fuera para la explotación de las importantes minas de oro que aquí había. (Un tema, ese del oro y la minería romana, del cual tendré que hablar algún día) También me pregunto si los ejércitos no acabarían con los bosquecillos que les molestaban en su meta de dominar los castros, lugares donde vivían los indígenas. Pero esto ya es presuposición mía. Me los imagino muy bien, a los legionarios romanos, talando árboles a diestro y siniestro para "ver mejor" el camino hacia esos endiablados bárbaros, o para no ser atacados por sopresa por ellos. El director de la película "Gladiator" debió tener la misma imaginación que yo, y por eso en sus escenas iniciales el bosque original (y su destrozo) acompañan a las siniestras escenas de la guerra entre los romanos y los bárbaros.

4 - En un nivel espiritual, mental y emocional, es seguro que los árboles y los bosques eran algo muy importante para los antiguos pobladores europeos, inclusive (claro está) los de aquí, el sitio que hoy se llama Tabuyo :-). Esta deducción se basa en las crónicas históricas (historiadores romanos en adelante) pero también en las innumerables tradiciones que aún hoy perviven en los pueblos europeos, y que giran en torno a los árboles.
Pongo aquí un extracto de lo que J.Frazer, un estudioso de principios de siglo, recopiló acerca de lo que llamó "culto a los árboles" en toda Europa. Este señor se dedicó a investigar durante años las tradiciones populares, el folklore, los mitos perdidos en los pueblos, aldeas, etc, y lo narró todo en un tocho-libro titulado "La Rama Dorada", que resulta que tengo en casa y que es de donde saco esto. Explica cosas así:
" En la historia de la raza de Europa, la adoración de los árboles ha jugado un papel importante. Nada puede ser más natural: en la aurora de la historia, Europa estaba cubierta de inmensas selvas vírgenes, en las que los escasos claros deberían parecer islas en un océano de verdor.
Hasta comienzos del siglo I antes de nuestra era, la selva herciniana se extendía hacia el Este del Rhin a una distancia vasta y desconocida. Los germanos que fueron interrogados por el Cesar dijeron que habian viajado 2 meses (!) a través de ella sin alcanzar su final. Cuatro siglos después fue visitada por el emperador Juliano, y la soledad, oscuridad y silencio de la selva parece que hicieron profunda impresión en su naturaleza sensible. Declaró que no conocía nada semejante en el imperio romano.
En la misma Inglaterra, los bosques de Kent, Sussex, y Surrey son restos de la gran selva de Andérida, que en su tiempo cubrió la totalidad del Sureste de la Isla... En el reinado de Enrique II los londinenses cazaban todavía el jabalí y el toro salvaje en los bosques de Hampstead...
Las excavaciones de los restos de palafitos de pueblos antiguos en el valle del Po (Italia) han demostrado que mucho tiempo antes del crecimiento y de la fundación de Roma, el norte de Italia estaba todo cubierto de bosques espesos de olmos, castaños y prinipalmente robles. La Historia aquí confirma a la arqueología, pues los escritores clásicos hacen muchas referencias a las selvas italianas que ahora han desaparecido. Hasta el siglo IV antes de Cristo, Roma estaba separada de la Etruria por la temible selva Ciminiana, que Tito Livio compara con los bosques de Germania. Ningún comerciante, si podemos confiar en el historiador romano, penetró nunca en sus soledades impracticables, y se consideró aventura temeraria la del general romano que después de enviar a dos exploradores a registrar sus intrincadas espesuras, condujo al ejército por la selva...
En Grecia, los bellísimos bosques de pinos, robles y otros árboles todavía subsisten en las laderas de las altas montañas de la Arcadia...mas todos estos bosques son simples fragmentos de las selvas que revestían grandes comarcas de la Antigüedad y que en una época aún más remota abrazaban la península griega de mar a mar.
En una investigación que Grimm hizo de las denominaciones teutónicas de "templo", deduce que entre los germanos, los más viejos santuarios fueran los bosques naturales. Sea como quiera, el culto a los árboles está bien comprobado en todas las grandes familias europeas...
Entre los celtas nos es familiar a todos el culto de los druidas al roble, y su palabra antigua para "santuario" la creemos idéntica en origen y significado a "nemus", un bosque o boscaje abierto...
La severidad del culto...puede deducirse de las penas feroces que señalaban las antiguas leyes germánicas para el que se atrevía a descortezar un árbol vivo: cortaban el ombligo del culpable y lo clavaban en la parte herida del árbol obligándole a dar luego vueltas alrededor, de modo que quedasen sus intestinos enrollados al árbol...Era vida por vida, la vida de un hombre por la vida de un árbol.
En Upsala, la vieja capital religiosa de Suecia, había un bosque sagrado en el que todos los árboles estaban considerados como divinos...
Los lituanos no fueron convertidos al cristianismo hasta después del siglo XIV, y entre ellos, por entonces aun era muy importante el culto a los árboles: unos reverenciaban grandes robles, otros grandes árboles umbrosos de los que recibían respuestas oraculares, y otros cuidaban bosquecillos sagrados cercanos a sus casas, en los cuales quebrar una ramita hubiera sido algo pecaminoso...
Cuando el misionero Jerónimo de Praga estaba persuadiendo a los lituanos para que derribasen sus bosques sagrados, una multitud de mujeres rogó al príncipe de Lituania que le detuviera, diciendo que con los bosques destruía también la casa del dios que les favorecía con lluvia y buen tiempo..."

Obviamente estas mujeres eran más perspicaces que el misionero: aunque no supieran bien por qué, ¡si conocían el hecho de que, sin bosque, las lluvias se vuelven más escasas! Pero bueno, hay muchos más estudios acerca de la importancia de los árboles para los antiguos pobladores de las tierras europeas. Aquí no puedo alargarme infinitamente, pero aún pondré una más, porque es ilustrativa del encono del Imperio contra los árboles:
" Lucano describe en su “Farsalia” (III, 399-455), un bosque sagrado de tejos próximo a Marsella que Cesar mandó abatir. Entre los horrores que habitaban el lugar describe: "La leyenda decía que a menudo mugían con terremotos las cóncavas cavernas; se hablaba de tejos tumbados que se levantaban de nuevo, de marañas que brillaban en llamas sin consumirse y de dragones que se deslizaban enroscados a los troncos”. El propio Cesar empuñó el hacha para vencer el pavor que esta selva despertaba en su ejército. Pero los tejos que se levantan de nuevo pueden contemplarse aún en la tejeda; la vitalidad de este árbol es tan impresionante que aún caído, en posición horizontal, conserva las raíces que le permiten no solo sobrevivir, sino rehacerse enteramente, convirtiendo sus ramas laterales en ejes verticales y levantándose así literalmente del suelo." (Cita extraída de un artículo sobre el tejo, de Ignacio Abella Busgosu)

5 - Por último, teniendo en cuenta lo anterior y basándonos además en cosas más próximas, de nuestras localidades, por aquí aún se conservan tradiciones que giran en torno a los árboles. En algunos pueblos que son "Hijos del Teleno" aún hubo hasta hace poco la costumbre de sentarse o reunirse bajo grandes árboles para dirimir los asuntos de la comunidad. Se podría argumentar que esto se hace por un motivo práctico, y no sentimental, pues a fin de cuentas el árbol resguarda. Pero si sólo se tratara de sentido práctico, bien podrían reunirse a discutir eso en la iglesia o en algún almacén, pajar o techado cualquiera. Y no, se iban bajo el árbol. Para mí, eso responde a un sentimiento inconsciente de amistad con los árboles, una especie de reconocimiento de que la compañía del árbol es "buena cosa" para el ser humano, y que de él emana no sólo resguardo de la lluvia, sino algo más...fuerza, protección, y ¿quién sabe si hasta cierta sabiduría? También hay pueblos donde, hasta hace poco, se plantaba un árbol por cada niño que nacía (como por ejemplo en Villalibre de Somoza). Esta costumbre está extendidísima por toda Europa y nos habla de un tronco común en las creencias de todas las tribus paganas que poblaban el continente.




(Plantel de árboles de los niños en Villalibre de Somoza. Fotografía de Juanjo Martínez. Haz clic AQUI para ver su comentario al respecto.)

En fin, que si tenemos en cuenta todos estos puntos, fácilmente podremos deducir que en NUESTRA historia local, antes de lo que se conoce por la romanización, el bosque y los árboles tenían una enorme importancia no sólo a nivel práctico sino también en un plano sentimental y espiritual.

Esto me lleva a la conclusión de que somos muy afortunados por poder vivir aquí, donde aún hay un enorme bosque que puede recordarnos lo que era la vida natural en su esplendor. Para los tabuyanos, el bosque sigue siendo hoy muy importante, sobretodo porque se le considera, y con justicia, una fuente de riqueza material. Uno podría ponerse romántico y desear que el amor al bosque volviera a florecer en el corazón de los habitantes de aquí y les motivara a seguirlo protegiendo y cuidando, AUNQUE no pudieran sacar de él beneficios económicos. Pero, por si acaso, mejor me atengo a lo práctico, y lo práctico es que hay muchas maneras de entender la riqueza que un bosque puede proporcionar. Por ejemplo, en el futuro tal vez muchas personas vuelvan a acudir a los bosques, ansiosas por revivir ese "nosequé" interior, la sensación de volver a formar parte de la naturaleza, o simplemente para respirar el aire tal y como debe ser, (= limpio), y curarse un poco...Pues lo que sí está claro hoy para todos es que el bosque= salud.

Somos como las celulitas que viven alrededor y dentro de un pulmón, y nos toca a nosotros cuidarlo, protegerlo, o al menos pensar las maneras en que esto pueda seguirse haciendo en el futuro. Así que brindo por los bosques y por los árboles, ¡que tengan larga vida y que seamos dignos compañeros de ellos!
...



1 comentario:

Anónimo dijo...

tengo entendido que los bosques que habia antaño fueron quemados en la epoca de la mesta, se quemaron grandisimos territoris de bosques para crear pastos, y tambien por la agricultura pero mas tarde